REPUDIABLE | Teniente Político violó a su hijastra de 12 años, mientras la madre veía y se reía

En segunda instancia, el argumento jurídico de Fiscalía revirtió el estado de inocencia de Francisca Trinidad C. M. y agravó la pena de Silvio Rigoberto B. V., procesados bajo cargos de violación.

La Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha sentenció a la mujer a siete años y cuatro meses de prisión, en calidad de cómplice, mientras que a Silvio le agravó la pena de veintidós a veintinueve años y cuatro meses de privación de libertad.

En la audiencia de apelación, instalada la tarde del 1 de septiembre de 2022, el fiscal del caso, Paúl Villarreal, argumentó errores de valoración del Tribunal de Garantías Penales, en la audiencia de juzgamiento instalada el 9 de junio de 2020.

Indicó que los jueces de primera instancia no tomaron en cuenta la cooperación dolosa de Francisca Trinidad C. M. para la ejecución de la violación en perjuicio de su hija, así como las circunstancias agravantes del delito cometido por Silvio Rigoberto B. V., que son el compartir el núcleo familiar con la víctima y conocerla con anterioridad.

Violaciones sistemáticas

La víctima es hija de Francisca Trinidad C. M., una niña que tenía 12 años en 2016.

En el último trimestre de ese año, Silvio Rigoberto B. V. –quien se desempeñaba como Teniente Político de Puerto Quito– cometió una primera violación “bajo efectos del alcohol, en acuerdo y en presencia de Francisca Trinidad C. M., su conviviente y madre de la niña”, argumentó el Fiscal en la audiencia de apelación.

Expuso, además, la información entregada por diez testigos, durante la audiencia de juzgamiento.

El testimonio anticipado de la víctima, de los peritos que levantaron los informes médico-legal, de entorno social, psicológico, entre otros, concuerdan en un relato: para doblegar a la víctima, Francisca Trinidad la obligó a beber cerveza hasta la ebriedad.

Cuando se despertó, la niña sintió los malestares y el dolor corporal producto de la agresión sexual. Le preguntó a su madre “¿qué pasó?”, pero la ignoró. Sin embargo, su hermano pequeño le dijo que, al escuchar ruidos raros, espió y vio que Silvio Rigoberto B. V. “le hizo eso, que su mamá estaba mirando, se tapaba la cara y se reía”.

Fue víctima de violación dos veces más en presencia de su progenitora y, en otras ocasiones, cuando la dejaba en la casa para viajar –por trabajo– con el niño pequeño.

Unos años después, la madre y el niño sufrieron un accidente de tránsito. En el velorio de su hermanito menor, la víctima les dijo a sus primas que su padrastro la violaba frente a su madre y que ella no lo evitaba. Ese día recibió llamadas amenazantes del agresor, según su testimonio anticipado.

La experticia psicológica y de entorno social determinaron la veracidad del relato y las razones por las cuales la víctima guardó silencio: Silvio Rigoberto B. V. la amenazó con matar a todo su entorno familiar, incluyéndola a ella, si contaba el secreto.

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