El Gobierno de Ecuador ratificó este jueves su decisión de recuperar el control de las cárceles del país, ahora sometidas a bandas delictivas, en el marco de una estrategia integral de seguridad y paz que busca también hacer frente a la oleada de violencia en las calles de varias ciudades del país.
Las Fuerzas Armadas y la Policía lograron ingresar al pabellón 2 de la Penitenciaría y tras seis horas, consiguieron controlar a los presos que recibieron con balas y explosiones a los agentes, dejando a más de diez heridos.
El mismo Presidente Guilermo Lasso anunció que controlaron la Penitenciaría y que las cabecillas de las bandas serán trasladas a otras cárceles. “Aquí estamos para hacerles frente y proteger a los 18 millones de ecuatorianos”, indicó.
Así lo señaló el secretario de Seguridad Pública del Gobierno, Diego Ordóñez, quien ofreció un informe sobre una “extensa” reunión del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe), el máximo organismo de consulta en este tipo de temas, que tuvo lugar este jueves en la ciudad de Guayaquil.
Dicha reunión fue convocada el miércoles por el Presidente del país, Guillermo Lasso, tras declarar un estado de excepción en las provincias de Guayas (cuya capital es Guayaquil) y Esmeraldas (fronteriza con Colombia), afectadas por una andanada de ataques que dejó cinco policías muertos por los atentados del 1-N en Ecuador.
El Cosepe está liderado por Lasso y lo integran también las máximas autoridades de la Asamblea Nacional (Parlamento), la Corte Nacional de Justicia, los altos mandos militares y policiales, entre otras.
En la cita, indicó Ordóñez, se ha explicado a los integrantes del Cosepe sobre “la estrategia integral de seguridad y paz” impulsada por el Gobierno, que busca enfrentar de forma “estructural” los efectos de los hechos violentos generados por el crimen organizado y el narcotráfico.
El secretario de Estado calificó como “hechos delictivos de terrorismo” a la serie de atentados registrados entre el martes y miércoles en ciudades como Esmeraldas, Guayaquil, Durán y Santo Domingo de los Colorados, donde se reportaron explosiones de coches y tiroteos entre delincuentes y policías.
Ordóñez también se refirió a las operaciones policiales y militares en la Cárcel Guayas Número 1, también conocida como Penitenciaría de Guayaquil o del Litoral, donde se ha emprendido un plan de traslados de reos a otras prisiones para favorecer acciones contra el hacinamiento y mejorar las infraestructuras.
No obstante, esas acciones han generado la reacción de grupos de reos que se oponen a los traslados y que han atacado a los agentes en los atentados del 1-N ocurridos en Ecuador.
Ordóñez, en la corta declaración, destacó la “irreductible decisión del Gobierno de combatir la amenaza del narcotráfico y del crimen organizado y de recuperar el control interno de los centros carcelarios” en todo el país.
Y es que al menos nueve policías y dos militares han resultado heridos durante un operativo para recuperar el control de la Penitenciaría de Guayaquil, uno de los focos de la crisis penitenciaria que azota a Ecuador desde hace cuatro años.
Según el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), los agentes han logrado controlar la seguridad del Pabellón 2 de dicha cárcel, donde se registraron algunos enfrentamientos.
Unos 1.300 policías e igual número de militares participan en la operación, según el SNAI, que ha difundido imágenes de la operación para el control de la prisión.
La operación de las fuerzas del orden comenzó el miércoles 2 de noviembre, cuando se informó de manera oficial de que al menos dos reclusos habían fallecido y otros seis habían resultado heridos por enfrentamientos entre bandas de prisioneros.
Los incidentes ocurren también en el marco de un puente vacacional de cuatro días que se extenderá hasta el domingo y que integra el fin de semana con el jueves y viernes, días de asueto obligatorio por la celebración del Día de difuntos (2 de noviembre) y la Independencia colonial de la ciudad de Cuenca (el día 3).
Según varios medios de información, la situación de violencia en varias provincias ha mermado el esperado flujo de turistas que se tenía previsto para este largo puente festivo, sobre todo en Guayas y Esmeraldas, sometidas al Estado de excepción.
También se ha anunciado la suspensión de ciertas actividades por la conmemoración de la Independencia de Cuenca.