Los alimentos «contaminados» con éteres difenílicos polibromados (PBDE) representan “un riesgo para la salud de todos los grupos de edad”, según el proyecto de conclusión del dictamen científico de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicado recientemente para consulta pública.
Los PBDE son una clase de retardantes de llama bromados (BFR) que son productos químicos artificiales utilizados en plásticos, textiles y equipos eléctricos o electrónicos para hacerlos menos inflamable que pueden filtrarse en el aire, el agua, el suelo, los alimentos y los piensos. El organismo subraya que estos contaminantes se encuentran “principalmente” en alimentos de origen animal, como pescado, carne y leche y que, a partir de la investigación en animales de experimentación que se evaluó en el proyecto de dictamen, los expertos concluyeron que los PBDE “pueden tener un efecto adverso en los sistemas reproductivo y nervioso”.
En ese sentido, la Comisión Técnica de Contaminantes de la Cadena Alimentaria (Contam) de la EFSA ha recomendado seguir investigando la presencia de PBDE en los alimentos. En particular, estos expertos han solicitado “más datos” sobre su presencia en los preparados para lactantes y sobre el modo en que estas sustancias se “transfieren” de la madre al bebé durante el embarazo y la lactancia.
La EFSA ya realizó una evaluación de los PBDE en 2011 para analizar el riego de algunos PBDE e identificó “problemas de salud solo para los jóvenes”. Este último proyecto de dictamen tiene en cuenta las pruebas científicas disponibles desde ese año y “evalúa” los riesgos asociados a la exposición combinada a algunos de los PBDE detectados “con mayor frecuencia”. Se trata del segundo dictamen científico de una serie de seis dictámenes sobre los riesgos que plantean los BFR, el primero de los cuales se publicó en 2021 actualizando la evaluación del riesgo de los hexabromociclododecanos (HBCDD) en los alimentos.
A este respecto, la EFSA defendió que la UE «está haciendo esfuerzos» para «reducir» los posibles «riesgos derivados del uso de BFR». Sin embargo, subrayó que, aunque el uso de ciertos BFR está «prohibido o restringido», debido a su «persistencia» en el medio ambiente «todavía hay preocupaciones sobre los riesgos que estos productos químicos pueden representar para la salud pública”. En paralelo, recordó que la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas publicó recientemente su ‘Estrategia reguladora para los retardantes de llama’, que identifica los retardantes de llama bromados aromáticos como candidatos para la «restricción en toda la UE», lo cual, a su juicio, «minimizaría la exposición de los seres humanos a esta clase de compuestos».
PBDE y ansiedad
Una investigación dirigida por la Universidad de Cincinnati encontró que la exposición a los PBDE durante el embarazo puede ser un factor de riesgo para desarrollar síntomas de ansiedad en la adolescencia temprana.. El estudio publicado el año pasado en la revista científica ‘Depression & Anxiety’ incluyó a 468 mujeres embarazadas de la región del Gran Cincinnati entre 2003 y 2006 y continuó el seguimiento de sus hijos hasta 12 años después.
Descubrieron que cada vez que se duplicaban los niveles de PBDE en la muestra de sangre de la madre embarazada se asociaba a un aumento de las puntuaciones de ansiedad en los adolescentes. “Cuando se observa un nivel de población y se ve el efecto de estas sustancias químicas ubicuas que aumentan la ansiedad de base en un 10 o 20 por ciento, eso es realmente significativo en toda la población. Ese aumento de la ansiedad en toda una población significa que muchos individuos pueden cruzar la línea entre tener una ansiedad manejable y tener un trastorno de ansiedad”, comentó el doctor Jeffrey Strawn, autor principal del trabajo.