El fenómeno de El Niño que se extendió desde diciembre de 1982 a junio de 1983 dejó importantes pérdidas económicas para Ecuador. Tras el paso de este fenómeno natural se calcularon 640 millones de dólares en para reconstrucción.
Las autoridades de entonces indicaron que se necesitaron 405 millones de dólares por pérdidas en actividades agrícolas, ganaderas y en la industria; mientras que 210 millones se usaron para reponer obras de vialidad y transporte. Para el área social (salud, educación y vivienda) se necesitaron 25 millones adicionales.
El Gobierno de Osvaldo Hurtado lanzó una campaña para recaudar fondos de la ciudadanía. Unidos somos Más fue la iniciativa que logró obtener 2,6 millones de dólares. El monto, aunque superó la recaudación prevista, era insuficiente para los daños materiales registrados a escala nacional.
Las intensas lluvias provocaron desbordamientos de ríos, destruyeron cultivos y vías. Hubo poblaciones costeras que se quedaron incomunicadas. Las provincias más afectadas fueron Esmeraldas, Manabí, Los Ríos, El Oro y Guayas.
Hace 40 años, pidieron a Ecuador hacer obras para enfrentar nuevos episodios
Los estragos también se sintieron en Azuay y Loja. En abril de 1983 un deslave en el cantón Chunchi, en Chimborazo, cobró la vida de casi un centenar de personas.
Tras el impacto de este fenómeno climático, hace 40 años, la Organización de las Naciones Unidas pidió a Ecuador emprender acciones inmediatas para restablecer la producción, y planificar la construcción de obras para mitigar un nuevo episodio.