¿Puede rehabilitarse un perro que ha matado a un humano?

La Hora.- ¿Puede rehabilitarse un perro que atacó hasta la muerte a un humano? Para dar respuesta a esta interrogante, Karina Guerrero, etóloga de la Unidad de Bienestar Animal, primero aclara que hay varios tipos de agresividad que presentan los canes. Además explica que responden al tipo de violencia se presente. Estos factores, según la experta, pueden determinar un cambio de comportamiento en el animal.

Tipos de agresividad

Un perro puede ser agresivo por juego: el animal es tosco, impulsivo y da mordiscos. Eso es algo que se puede corregir con sesiones de comportamiento o paseos diarios.

Agresividad entre perros: Esta también es una conducta que es posible corregir de forma fácil, mediante terapias y refuerzos positivos.

Agresividad por miedo: Al reconocer los objetos o espacios que atemorizan a un perro es fácil trabajar en eso y evitar que el estrés lo vuelva grosero.

Sin embargo, hay conductas que vuelven violento a un perro y que son más complejas de determinar y corregir, por ejemplo, las causas médicas u orgánicas. “Problemas hormonales, hipotiroidismo, tumores intracraneales, hidrocefalia, que no se puede corregir porque causa degeneración a nivel cerebral”, señala Guerrero.

Violencia que no se corrige

Hay otros tipos de agresividad en los que se descarta la rehabilitación. Sobre estos, Guerrero detalla que se trata de las actitudes predatorias. Una de ellas consiste en que el animal ha aprendido a morder y no soltar. Esta es una actitud más común en los llamados ‘perros de presa´, a los que pertenecen los Pitbull, la raza que atacó hasta matar a un niño de 3 años, en San Juan de Calderón, en el norte de Quito. Ocurrió el 24 de junio de 2023.

La crianza es la clave

Si bien todas las razas pueden ser peligrosas, hay algunas que lo son más, por su componente genético y anatomía.

Un Pitbull tiene una fuerza mandibular extremadamente fuerte “el momento en el que muerde no suelta (…) por eso siempre digo que esos perros no son para cualquiera”, dice Guerrero, y destaca que la crianza es clave para evitar que haya ataques.

Un error común de los humanos es mezclar a estas razas (especialmente para la venta) entre padres, hijos o hermanos, lo que hace que se altere su genética y, por ende, su carácter.

En el caso del Pitbull que atacó al menor, se conoce que compartía espacio con una perra de la misma raza que estaba en celo. Al no estar el macho esterilizado, la testosterona aumenta y el perro se vuelve más irritable.

La agresividad predatoria se desarrolla también cuando a un animal no se le alimenta; por ende, aprenden a cazar para sobrevivir.

 ¿Rehabilitación luego de matar?

Tras todos estos antecedentes, la etóloga responde que un perro que ha mordido, a tal punto de matar a una persona “no se puede rehabilitar”.

Aunque los especialistas hagan terapia “la conducta ya se vuelve aprendida. Es decir que lo hizo una vez y la acción se queda en sus conexiones neuronales, por lo que cualquier estímulo fuerte puede provocar que repita esta acción”.

Si el caso es degenerativo o irreversible, corren riesgo las personas alrededor del perro y el mismo animal que sufrirá inestabilidad mental. Por ende, lo que se recomienda es la eutanasia.

Causas para la agresividad de un perro

Una mala crianza humana genera animales agresivos:

El estrés: no sacarlos a pasear o tenerlos amarrados.

Falta de alimento: si un perro no come va a desarrollar su instinto de caza.

Daños en la genética: Los criadores de perros cruzan a los perros entre padres, hijos o hermanos lo que altera su componente genético.

“Un perro Pitbull no es para cualquiera. Quien quiera criar uno debe informarse sobre la raza y saber que es un animalito que requiere de muchos cuidados”, Karina Guerrero, etóloga de la Unidad de Bienestar Animal.

Entre 8 y 10 días toma examinar física y mentalmente a un perro agresivo antes de definir si se puede rehabilitar o debe tener eutanasia.

Los Pitbull, Rottweiler, Bull Terrier y Akita son considerados perros que, bajo una mala crianza, pueden volverse extremadamente peligrosos por su componente genético y anatomía.

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