Hasta el cierre de esta edición no se conoció cuántas tilapias, perros, pollos y más animales se encontraron en el interior de la cárcel de Guayaquil, más conocida como la Penitenciaría del Litoral.
Un total de 3.000 uniformados ingresaron al reclusorio para ejecutar un nuevo operativo de control como parte de la declaratoria del estado de excepción en el sistema de prisiones del país. En Twitter expusieron que sentaron sin camisa a los presos en una cancha, mientras los rodearon fuertemente armados, pero varios perros, al parecer mascotas, ladraban a los uniformados que participaban de la escena presentada.
#Guayas@FFAAECUADOR y @PoliciaEcuador, hoy realizaron una nueva intervención en la #PenitenciaríaDelLitoral, empleando medios logísticos, terrestres, navales, aéreos y policiales para el control interno y externo del Centro de Privación de Libertad N° 1 #Guayas. pic.twitter.com/vOdz59UIFz
— Fuerzas Armadas del Ecuador (@FFAAECUADOR) August 3, 2023
Sin embargo, en horas de la tarde, se divulgó un escrito que se refería exclusivamente al material inerte decomisado: 740 cartuchos, 65 paquetes de sustancias sujetas a fiscalización, 6 radios de comunicación, 139 teléfonos celulares y 14 módems de internet. Además, $ 2.295, una balanza digital pequeña, un reloj y dos joyas tipo cadena.
Resultados oficiales obtenidos por @FFAAECUADOR y @PoliciaEcuador, durante la intervención realizada en los pabellones 5, 8, 11 y 12 de la #PenitenciaríadelLitoral.#FFAAContigo?? pic.twitter.com/vBMX8DMHlz
— Fuerzas Armadas del Ecuador (@FFAAECUADOR) August 3, 2023
Al tiempo que el SNAI se limitó a compartir los comunicados de las Fuerzas Armadas, debido a que la jefa de Comunicación renunció el lunes, día en el que también lo hizo Guillermo Rodríguez, director de la entidad, quien duró un año en el cargo.
El último viernes, se desarrolló una intervención parecida en la que se decomisaron cerca de 15.000 municiones de alto calibre como fusiles, explosivos, droga y celulares. En esa ocasión se indicó que se había hecho un trabajo integral, en el que se retiraron del pabellón 3 los elementos prohibidos.
Sin embargo, horas después, durante la noche y la madrugada del sábado, hubo en cuatro ocasiones ráfagas de disparos de armas de fuego o balaceras. Ese hecho terminó en queja de moradores de urbanizaciones aledañas al centro de privación de libertad, que están separadas por el cauce del río Daule. Los proyectiles cayeron en sus techos, partes altas de las casas y tuvieron que dormir en la sala o planta baja de sus viviendas por temor a las balas perdidas.