En la foto sonríe. La nueva cédula de identidad es orgullo para Amada, de 9 años, y por ello no oculta su felicidad.
Luego de un año de litigios, el Registro Civil cambió este martes 28 de noviembre el nombre de la pequeña que nació como hombre, pero que desde que tenía un año y 8 meses mostró su identidad femenina.
“Es trans”, afirma su madre Lorena, quien al recibir el documento de su hija lloró. “Buscamos que el resto de padres no boten a sus hijos por su condición GLBTI, sino que los abracen, así muy fuerte, como lo hacemos con nuestra hija”.
Amada abraza a su madre y a su padre Marcelo. Los tres se apoyan; los tres lloran.
A su lado está Claudia Boada, quien es trans y califica al caso de Amada como un logro para la comunidad. “No será discriminada como nosotros. Tendrá muchas oportunidades”.
Ella también llora. La inscripción coincide con los 21 años de la despenalización de la homosexualidad, por ello hubo aplausos, gritos y consignas.
Amada escogió un vestido de princesa blanco con lentejuelas plateadas y una diadema en su cabeza, que brilla con su larga cabellera negra.
“Siempre quiso ser una princesa”, recuerda su madre. Por ello, a los 3 años le disfrazaron de príncipe y le pusieron bigotes.
El llanto de Amada, que gritaba que se sentía fea, quedó grabado en la cabeza de su madre. Fue la última vez que hizo eso.
La lucha de un año en juzgados
El proceso judicial arrancó el 15 de enero de 2017, cuando los padres de la menor solicitaron al Registro Civil el cambio legal de su nombre y género.
La entidad se negó a hacerlo, por ello interpusieron una acción de protección. El 16 de octubre, el juez Jorge Duarte aceptó la medida de protección. En la lectura de la resolución, Duarte le dijo a Amada: “el Estado ecuatoriano no puede negarte lo que quieres llegar a ser. Has demostrado en esta audiencia tu condición y por ello te concedo tu acción de protección”.
El cambio de la cédula de identidad es el primer paso. En 8 días, según el abogado Cristian Paula, le realizarán el cambio de género, pasando de masculino a femenino.
La lucha de Amada motiva a otros. Según Bonilla, hay 10 casos de niños y adolescentes en Santo Domingo, Azuay y Pichincha que batallan porque sus derechos sean reconocidos.
Amada toma dela mano a sus padres, no deja de contemplar su cédula, mientras lo hace se cubre con la bandera GLBTI. (El Telégrago)