El aviso fue emitido ante la inminente llegada del fenómeno El Niño, por lo que la SGR declaró en alerta amarilla a esos territorios.
Las autoridades expresaron su preocupación por los sistemas de alcantarillado, pues en la mayoría de las ciudades tienen entre 10 y 20 años y ya cumplieron su vida útil, dijeron.
El director de la SGR en la Zona 4, que comprende las provincias de Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas, Braulio Aguirre, declaró al portal digital Primicias que las circunstancias del evento climático El Niño de 1997 no son las mismas, pues es necesaria para obtener nuevos datos teniendo en cuenta la población, vivienda, infraestructura y servicios.
Aguirre explicó que territorios como Pedernales, Jama, Flavio Alfaro, Santa Ana, Olmedo y Jipijapa tienen una alta susceptibilidad a deslizamientos. Mientras que Jama, Chone, Tosagua, Bolívar, Sucre, Rocafuerte, Portoviejo, Santa Ana y Junín se identifican como zonas con alta probabilidad de inundación.
El pasado 4 de julio, el ministro del Interior y director del Comité de Operaciones de Emergencia, Juan Zapata, estimó que entre 31.000 y 35.000 personas se verán afectadas directamente en Ecuador por el fenómeno meteorológico.
Los efectos de El Niño coincidirán con el cambio de gobierno en el país, tras las elecciones anticipadas del 20 de agosto, aunque los preparativos para enfrentar el evento corresponden a la actual administración.
Los expertos prevén más del 80 por ciento de probabilidad de que este fenómeno tenga una intensidad de moderada a baja y un 56 por ciento de probabilidad de que sea de moderada a alta.
De ocurrir el peor de los escenarios, los costos para Ecuador podrían ascender a cuatro mil millones de dólares.
A esto se suma el hecho de que el país carece de una reserva estratégica de arroz, maíz y soja para enfrentar un contexto de esta magnitud, según informa la prensa local.