El Diario.- Anahí Medina intenta apaciguar con música el ruido que emiten los generadores eléctricos en el lugar donde trabaja.
Ella trabaja en el local ‘Las Preciosas’, que es uno de los 310 locales que hay en el centro comercial Nuevo Tarqui, de los contenedores.
Desde septiembre, Ecuador afronta una crisis energética debido a la disminución de los niveles en las represas hidroeléctricas por la falta de lluvias.
El uso de generadores se ha disparado a nivel nacional para tener electricidad.
Anahí contó que el dueño del local decidió instalar el generador para activar las ventas y que los clientes entren al establecimiento.
Al final del día ella termina agobiada por el ruido ensordecedor que causan los generadores en la zona, dijo.
Pedro Salvatierra, comerciante ambulante, señala que como recorre la zona ya sabe cuáles son las áreas o pasillos donde es más estridente el ruido de estos aparatos. “Llego a casa y siento un pitido molesto al interior del oído”, dijo.
Jésica Torres, del local Pasos, señaló que el ruido de los generadores los está afectando.
“A veces no escuchamos bien a los clientes o el humo que sale ha hecho que algunas personas se desmayen y la mayoría tengamos dolor de cabeza”, explicó.
Torres está consciente de esta molestia, pero indica que son un mal necesario para el comercio. Los locales necesitan energía para el sistema contable y la facturación, señaló.
Lo que pueden ocasionar los generadores eléctricos
Raúl Castro, subdirector de salud del municipio de Manta, indicó que el daño más frecuente que ocasiona el ruido depende de la intensidad de los decibeles.
Esto afectaría los huesecillos del oído, dijo. Pero lo más perjudicial es la inhalación de monóxido de carbono que causa la conocida muerte dulce porque la persona que muere no sufre.
Luis Rojas, administrador del parque comercial Nuevo Tarqui, manifestó que debido a la crisis apenas el 10% de los locales de la zona tienen generadores eléctricos. Es decir que apenas 31 locales tienen los aparatos.
Muchos están ubicados en los exteriores del local, sujetos con cadenas para evitar robos. Esto hace que el ruido y en ciertos casos el humo perjudique a los transeúntes y a los propios comerciantes.
Rojas indicó que debido a quejas de algunos compañeros han pedido asistencia al Cuerpo de Bomberos y al departamento de Ambiente para paliar el ruido y los gases.
Hace una semana se recorrió la zona y se pidió a los dueños de locales que instalen una tubería hacía lo alto para evitar el monóxido de carbono.
Alrededor de cuatro locales han acatado la sugerencia.