Diez militares fueron llamados a juicio este viernes 1 de marzo por la destrucción del radar que fue instalado en el Cerro Montecristi, en Manabí, y que debía detectar actividad aérea irregular, pero que explotó once días después de haber comenzado a funcionar.
Un juez acogió el pedido de la Fiscalía General del Estado (FGE), que acusa a los procesados del delito de sabotaje, por el que podrían ser sancionados hasta con diez años de prisión, según indica el artículo 345 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
La FGE responsabiliza a los diez involucrados por su omisión en la vigilancia del radar. Inicialmente eran catorce los militares investigados.
El radar entró en funcionamiento el 27 de octubre de 2021 y estalló once días después, en la madrugada del 7 de noviembre, en una explosión que se escuchó en poblaciones cercanas.
Los restos del radar fueron trasladados posteriormente a la base aérea de Latacunga, en la provincia de Cotopaxi, para ser analizados por la empresa española Indra.
El radar podía cubrir un rango de 220 millas a la redonda y se encontraba instalado en la cima del cerro Montecristi, a 600 metros de altitud sobre el nivel del mar, donde se había construido un campamento militar para custodiarlo.