Los políticos, los jueces y los partidos políticos cada día pierden su conexión con la ciudadanía. Esto queda claro en el último sondeo de opinión realizado en enero por la encuestadora Ipsos, el cual señala que solo un 5% de los ecuatorianos manifestó tener confianza en los políticos y un 14% en los jueces.
Aunque la figura de los jueces elevó su percepción entre noviembre de 2023 y enero de este año, al incrementar en cuatro puntos el nivel de confianza, muy probablemente apoyado en las actuaciones de la fiscal General del Estado, Diana Salazar, con el caso ‘Metástasis’, al ser este un primer paso para el saneamiento del sistema judicial.
Por el contrario, la figura de los políticos sigue en franco declive, en noviembre de 2023 el 7% de los ciudadanos dijo confiar en los políticos, pero en enero el nivel de confianza cayó dos puntos y finalizaron con 5%.
Políticos y jueces son de esta forma los peores valorados del país, según Ipsos, mientras que las instituciones con mayor confianza, son las Fuerzas Armadas con el 80% de confianza y la empresa privada 57%. Mientras que el presidente de la República, Daniel Noboa, mantiene un 69% y la fiscal general, Diana Salazar tiene el 53%.
Dos encuestadoras coinciden
Ipsos y la encuestadora Cedatos coinciden en mostrar a los políticos como los peor valorados; aunque en la medición de Cedatos un porcentaje importante de la ciudadanía; cerca de un 30%, indicó que los partidos políticos son importantes para transformar al país.
En este contexto, se hace fundamental hacer una revisión del modelo de partidos políticos y de democracia que se está desarrollando en Ecuador y verificar cuál debe ser el camino para que la ciudadanía pueda recuperar la confianza en el liderazgo político de la nación.
‘El político no hace lo que dice’
Lolo Echeverría, el analista político y comunicador, dijo a LA HORA que lamentablemente en el Ecuador los ciudadanos relacionan a los políticos con la mentira y la falta de honestidad. “La ciudadanía desconfía de los políticos porque piensa que todos son mentirosos. Hay un dicho que reza que el político ni dice lo que siente, ni hace lo que dice, y esto lo estamos viendo en la práctica”.
Puso como ejemplo actuaciones como la de la Asamblea Nacional esta semana, en la que los asambleístas votaron rechazando el incremento del IVA, mientras permitían que la propuesta presidencial no fuese archivada, dando la oportunidad para el veto presidencial y su posterior implementación vía decreto en una nueva estratagema política para burlar a los ciudadanos.
“Los políticos no se responsabilizan de nada, quieren aparentar que están con la gente, rechazando los impuestos. Pero la gente es más inteligente y sabe que es momento de asumir responsabilidades”, remarcó.
Echeverría dejó claro que esto es consecuencia de un modelo en el que “los partidos políticos no funcionan, no existen; todos los que están como representantes de la gente, no tienen ninguna conexión con sus representados”.
El analista y comunicador destacó que en la actualidad “se hace indispensable que la política se relacione más con la verdad y no con la conveniencia. La verdad puede ser incómoda, puede ser dura, pero es lo único que nos permite que resolvamos los problemas”.
Agregó que otra consecuencia de la falta de partidos políticos es que las instituciones dejaron de funcionar. “Esto es un error de la Revolución Ciudadana, que afectó también a las organizaciones sociales, sindicatos, movimientos”, debido a que fueron atacados para que no se opusieran a su modelo de gobierno.
Para Echeverría es fundamental “hacer cambios de fondo, estructurales para recuperar a los partidos políticos, a las organizaciones y volver a la vía democrática”.
Fracaso del sistema de partidos
El abogado y analista político, Óscar Terán Terán, destacó a LA HORA que los resultados del sondeo desarrollado por Ipsos, es una excelente muestra de lo que se puede palpar en la sociedad ecuatoriana y del fracaso del modelo de partidos políticos.
Indicó que la actual estructura de los partidos políticos “le quitó a los ciudadanos el derecho a elegir y ser elegidos”, señalando que es fundamental devolverle estos derechos a la ciudadanía.
Terán precisó que en el caso de los jueces, “estos son la primera muestra de la corrupción” en el país.
El abogado y académico destacó que en el país es necesario realizar cambios estructurales en el modelo de los partidos políticos, para que los dirigentes no se conviertan en los caudillos de las organizaciones y coarten las oportunidades de los ciudadanos.
Destacó además que la política debe recuperar el concepto de la verdad, que ha sido desplazado por los intereses de los dirigentes.
Al valorar el modelo de liderazgo que comienza a desarrollarse en países como El Salvador y Argentina, Terán precisó que “aunque son dirigentes con formas distintas, hay algo que comparten, son dirigentes que van en contra del modelo de los partidos políticos”.
Acotó que la premisa de hablar con la verdad al electorado, como lo hacen en Estados Unidos, Donald Trump; en Brasil, Jair Bolsonaro; en El Salvador, Nayib Bukele, y en Argentina, Javier Milei, “debe regresar a la política del Ecuador”. (ILS)
El camino a seguir
El analista y comunicador Lolo Echeverría, al valorar si Ecuador avanza hacia un modelo como el de Nayib Bukele en El Salvador, o Javier Milei en Argentina, advirtió que estamos más próximos al sistema de Bukele.
“La verdad, por el momento estamos más cerca de Bukele que de Milei, de Bukele porque solo estamos tratando de resolver el problema de seguridad, eso es lo que ha hecho Bukele y no es una solución ortodoxa, democrática, ni que respeta las libertades”.
Desde su punto de vista “este no es un ejemplo a seguir, aunque inicialmente agrade porque se reduce la violencia”.
Calificó al modelo de Milei como un mejor camino para Ecuador. “Milei es un apóstol de las libertades y busca soluciones de fondo, puede que no tenga aún los resultados, pero al menos lo está intentando y los argentinos le están dando aliento”.
Echeverría señaló que espera el éxito de Milei, “porque hacia allá deberíamos dirigir nuestros pasos, hacer los ajustes para que el Estado se achique y para que haya crecimiento económico”.