Un ejemplo: mientras en el 2019, CNT, operadora líder de este sector, recibió 44 103 cancelaciones de líneas telefónicas, los pedidos de nuevas líneas fueron de 17 874.
La diferencia entre ambos grupos es 2,3 veces, por lo que este pequeño aparato que resultaba indispensable para las generaciones de baby boomers y X en los años 80 y 90 está cada vez más en desuso.
El consumo de telefonía fija de CNT bajó durante la pandemia. Pero repuntó en 2021 con 55 117 líneas menos, más que los años anteriores al confinamiento y la tendencia se mantuvo en 2022.
Patricia Pérez, moradora del barrio San Carlos, es una de las usuarias que se quedó sin este servicio en 2020. “Cuando pasó la pandemia, no había dónde pagar, entonces nos quitaron”.
Ella reconoce que toda su familia ya no tiene porque solo necesitaban para llamar, por ejemplo, a un hospital. Desde entonces se comunican más por el celular.
En términos globales, la CNT por un lado instaló 60 716 líneas nuevas, entre 2018 y 2022, pero en esos seis años se dieron de baja 201 974 líneas. Esto es el triple.
Geovana Ortega, dueña de una peluquería en el valle de Los Chillos, tenía un teléfono fijo en su local hasta hace cuatro años.
Se comunica con sus clientes por celular, pues le resulta más sencillo llamar o escribir. No piensa en tener otra vez teléfono fijo, más bien no descarta unas cabinas telefónicas para quienes requieran hacer llamadas.
En diciembre del 2018, CNT contaba con 414 808 clientes residenciales (abonados), mientras que en ese mismo mes de 2022 la cantidad de usuarios se redujo a la mitad, en donde se registró 278 357.
Las cifras a la baja, aunque en menor proporción, también lo han vivido las otras operadoras que ofertan el servicio en Quito: Conecel, Lumen, Setel, Linkotel y Etapa.
Frente a esta dinámica, la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) reconoce que hay “un importante decremento de las líneas instaladas”, por lo cual supone que los usuarios están optando por otros servicios, como la telefonía móvil e Internet.
Esta tendencia hacia la baja no es particular de Quito, también se extiende a todo el país. La cantidad de líneas instaladas se redujo entre el 2018 y 2022 a la mitad, al pasar de 2,3 millones a 1,6 millones.
Tarifa básica menor a USD 10
A pesar de que el consumo de telefonía fija ha caído en la capital, algunos hogares todavía mantienen sus teléfonos fijos y esto les representa gastos mensuales.
La tarifa básica que pagan los usuarios de telefonía fija al mes es de USD 6,53 en el caso de CNT (valor referencial de 2022). Este valor asciende dependiendo del consumo de cada usuario.
Edison Amores, morador del barrio Ushimana, en el Valle de Los Chillos, tiene CNT en su vivienda y dice que el valor que paga mensualmente por el uso de la línea es mínimo: los costos van entre USD 7 y USD 10.
“El teléfono fijo lo tengo más para una situación referencial. Hay instituciones públicas que aún piden un contacto donde se encuentre el domicilio para ubicar donde uno vive”, indica Amores.
Actualmente, esa operadora cuenta con planes de pensión mínima mensual desde USD 3,50 más impuestos. Sin embargo, la facturación final dependerá de los minutos extras que el cliente consuma.
En la planilla de hogares se incluye el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es del 12%.
Para la planilla telefónica de las empresas también se incluye el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE), que corresponde al 10%.
49 minutos de uso promedio al mes
Durante el 2022, el promedio de tiempo en que las personas utilizaron el servicio de CNT para comunicarse fue de 49 minutos mensuales.
En la casa de Amores, la persona que más utiliza el teléfono es su esposa porque ella pasa la mayor parte del tiempo allí. “Hace unos cinco años -antes de que me comprara un celular- utilizaba más el teléfono fijo. Ahí me salía alrededor de unos USD 14 a USD 16. Ahora como ocupo más el celular, el teléfono ya casi no lo uso”.
Amores reflexiona que el gasto de este servicio en su hogar es un extra y reconoce que sí representa un dinero significativo para su bolsillo, porque si dejara de usarlo se ahorraría unos USD 120 al año.
¿Cuál es el futuro de la telefonía fija en Quito?
Hugo Carrión, director del Centro de Investigación Imaginar, señala que el futuro de la telefonía fija es «incierto», aunque los datos muestran que cada vez hay menos suscriptores del servicio.
El declive paulatino ocurrió desde 1993 y 1994, cuando se comenzó a utilizar la telefonía móvil en Ecuador.
Desde ese entonces, existe un reemplazo permanente de la tecnología fija por la móvil, debido a la ventaja de llevar el teléfono a cualquier parte.
«En Quito, por su calidad de capital (en donde existe mayor crecimiento económico, desarrollo, más vías públicas, oficinas, etc) a lo mejor refleja un decrecimiento menor. Sin embargo, no vamos a esperar un crecimiento o que el próximo año se vaya a revertir esta tendencia», dice Carrión.
El experto en telecomunicaciones cree que en los próximos dos o cinco años no se eliminará por completo la telefonía fija porque familias y oficinas mantendrán un teléfono fijo, como punto de referencia de ubicación física.