ATENCIÓN | Sindicatos anuncian huelga nacional por reforma laboral

Los empresarios dicen que la reforma laboral, que el Legislativo deberá tratar a mediados de año, contribuirá a crear empleos y a elevar la competitividad.

Los sindicatos sostienen que las enmiendas deteriorarán las condiciones laborales. Está en juego la generación de fuentes de trabajo para cinco millones de ecuatorianos que no cuentan con un empleo fijo.

A cinco días de anunciado un acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y los representantes de empleadores y trabajadores sobre una posible reforma laboral de tres puntos, los sindicatos anuncian una huelga nacional.

Cuando se realizó el anuncio del acuerdo para las reformas, Edgar Sarango, en representación del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), respaldó públicamente las reformas, pero luego fue desautorizado.

Los gremios empresariales argumentan que las reformas son necesarias para mejorar la competitividad del país y para generar más empleo. El el gobierno de Lenín Moreno planea enviar el paquete de reformas a la Asamblea a mediados de 2019.

Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, sostiene que las reformas laborales buscan abrir espacio a nuevas formas de contratación, acordes con el mercado actual. Mesías Tatamuez, presidente del FUT, que agrupa a las cuatro mayores centrales sindicales del país, asegura que la organización iniciará contactos con los sindicatos provinciales para defibir la fecha de la la huelga nacional.

Para Alarcón es necesaria una reforma laborar para abrir opciones de contratación para unos cinco millones de personas que no tienen un empleo formal, entre ellas los jóvenes que llegan a la edad de trabajar. “Hemos hablado con grupos de emprendedores, con mujeres, con jóvenes, con personas de distintos sectores y ellos esperan que se generen fuentes de empleo”, dice Alarcón.

Las tres claves de la reforma

Aunque aún no se han discutido aspectos como el teletrabajo, que constará en el paquete de reformas, tres son los puntos en los que hubo acuerdos iniciales.

Flexibilización de la jornada laboral: Respetando los derechos adquiridos, la jornada laboral de 40 horas semanales podría cumplirse con un máximo de 12 horas diarias.

Contratos por emprendimiento: Se creará un contrato para los emprendimientos en los que el tiempo de prueba de los trabajadores aumentará de tres meses a un máximo de tres años. El período varía de acuerdo con el plazo previsto por los empleadores para que funcionen sus negocios.

Eliminación del 35% de recargo para contratos eventuales: De acuerdo con la legislación vigente, los empleadores deben pagar el 35% de recargo sobre el valor del salario básico para los trabajadores con contratos eventuales que reemplazan a otros por enfermedad, maternidad y otras causas.

Favorecerán acuerdos comerciales

El presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), Daniel Legarda, sostiene que una economía relativamente pequeña como la ecuatoriana, demanda flexibilidad en el ámbito laboral para sacar el mejor provecho de los acuerdos comerciales que el país está firmando.

“Ecuador debe buscar mecanismos para ser más competitivo. La falta de generación de empleo es uno de los principales problemas que tenemos. Es necesario trabajar en una reforma laboral integral”, sostiene Legarda.

El sector exportador argumenta que los derechos adquiridos de los trabajadores deben respetarse, pero también hay que tomar en cuenta las demandas de los desempleados que empatan con las de los empresarios que quieren hacer crecer sus negocios y que incrementarían las fuentes de empleo con contratos ocasionales, contratos sectoriales y jornadas de trabajo especiales, que respondan a las necesidades específicas de las empresas.

“El mundo está cambiando y va a volver a cambiar; nosotros nos hemos quedado con una normativa laboral de los años 40 y 50, cuando se creía que todos tienen que tener el mismo horario de trabajo y que el país no debía abrirse al mundo”, sostiene Legarda.

Jaime Arciniegas, integrante del Parlamento Laboral, asegura que los sindicatos no apoyarán lo que consideran como flexibilización laboral porque “lo que los empresarios buscan es reducir costos y maximizar ganancias”.

De acuerdo con lo previsto por el Gobierno, las reformas laborales deben ir a debate en la Asamblea Nacional entre junio y julio para dar tiempo suficiente al Legislativo para que discuta la reforma tributaria en octubre.

Oportunidades para los desempleados

Los empresarios no plantean reducir los sueldos, pero piden que los incrementos salariales sean decididos con base en la productividad y no con base en criterios políticos. “Quienes se oponen a las propuestas deben presentar alternativas reales que beneficien tanto a trabajadores como a empleadores. Todos los ecuatorianos debemos unirnos para evitar la politización del tema”, sostiene Alarcón.

Un ingrediente importante que deberán tener las reformas laborales, a criterio de los exportadores, tiene que ver con que las jornadas de trabajo se adapten a las necesidades de las empresas, sin quitar derechos adquiridos, pero determinando horas de trabajo de común acuerdo entre empleadores y trabajadores.

“Hay muchas personas que no tienen empleo y están dispuestas a trabajar tres o cuatro horas semanales, por ejemplo, las madres de familia y los jóvenes. Existen personas dispuestas a trabajar por horas”, sostiene Legarda.

Los sindicatos, en cambio, se oponen a las reformas que promueven los sectores empresariales. Mesías Tatamuez, dirigente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT) sostiene que son imposiciones del Fondo Monetario Internacional (FM) y que deteriorarán los derechos laborales. (Primicias)

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