Los robos a locales comerciales a escala nacional aumentaron en el primer semestre del 2019. El último informe del Ministerio de Gobierno muestra que en el presente año este delito se ha incrementado en un 5,4%. Pichincha, Guayas, Manabí, El Oro, Azuay, Los Ríos y Santo Domingo de los Tsáchilas son las provincias más afectadas por este delito.
Los propietarios de los locales comerciales están cansados de los constantes asaltos y han decidido invertir dinero en cámaras de seguridad, instalar el botón de pánico en sus celulares y poner rejas y seguros eléctricos en las puertas para evitar ser víctimas de robos dentro de sus establecimientos.
Marcos denunció el robo de su local ubicado en Carapungo, en el norte de Quito, el mes pasado. En la grabación se observó a una mujer y a su hija. Primero la madre distrae al dueño del local, cuando el hombre deja su puesto de trabajo, la niña de aproximadamente 9 años se acerca a la caja registradora y sustrae el dinero en 10 segundos.
Marcos logró identificar a la sospechosa y su modo de operar gracias a las cámaras de seguridad. “Me sorprendí cuando vi las imágenes, porque era una niña. Nunca iba a pensar mal de una menor”, dijo.
Fabricio Neira Jiménez es agente fiscal en Guayas. En los casos que ha manejado considera que los videos, en el momento de ser judicializados, son un elemento principal para identificar a una persona sospechosa de un delito.
Pero no es solamente tener el video. “Se necesita hacer una pericia de identidad humana” para procesar a los sospechosos.
El mes pasado, Carlos tuvo que adquirir dos nuevas cámaras de seguridad valoradas en USD 300 para su local, ubicado en la av. Honorato Vásquez, en el noroeste de Guayaquil. El 27 de agosto, dos hombres ingresaron a su negocio, lo amenazaron con un arma de fuego y lo golpearon para robarle el dinero que había ganado con la venta de cocos.
El hecho quedó grabado por las tres cámaras que ya tenía dentro y fuera del local. En los videos se observa a dos hombres. Ellos bajan de un automóvil y durante cinco minutos rondan el sector. Luego, un cliente se acerca a las rejas que tiene el local, el dueño abre la puerta y los armados aprovechan el momento para entrar también al local.
“Se llevaron USD 400. Tuvieron que coserme seis puntos en la cabeza. No pude defenderme porque me apuntaron con un arma y me agarraron del cuello”, dijo Carlos.
Para sentirse seguro, Carlos ha invertido USD 1500 en cámaras de seguridad, además mantiene la puerta del negocio con candado. “Si conozco al cliente lo dejo entrar, pero si es nuevo lo atiendo desde afuera y no abro la puerta”.
Según la Policía de la zona 8, de Guayas, en este año se ha detenido a 30 personas dedicadas al robo de locales y cuatro bandas delictivas fueron identificadas.
José tiene un negocio de comida en Urdesa, norte de la cuidad. Él ha invertido USD 2 500 en cámaras de seguridad, paga un sueldo básico a un guardia y posee el botón de pánico en su teléfono celular. Estas herramientas le hacían sentirse seguro hasta el pasado 16 de agosto. A las 12:30 de ese día, dos hombres intentaron asaltar su local, pero fueron detenidos cuando José presionó el botón de pánico.
La Policía atrapó a los asaltantes y con las cámaras de seguridad tenían las evidencias del hecho. Esa misma noche José puso la denuncia en contra de los desconocidos, pero al día siguiente se enteró que el juez los había liberado porque “no existen elementos”.
“A las 10:00 de la mañana ya estaban libres. No habían pasado las 24 horas. ¡De qué me sirve tener cámaras y guardias si los jueces los liberan!”, expresó indignado por la situación.
Carlos Mera, comandante subrogante de la zona 8, expresó que estos casos se dan porque existen ciertos servidores judiciales que no actúan de acuerdo con la ley; “podemos capturar a todos los delincuentes, pero vuelven a salir en libertad. Nosotros tratamos de defender a los ciudadanos, pero no tenemos el apoyo”, dijo.
Según la Policía Judicial, las personas dedicadas a este delito siempre se movilizan en grupos de dos o tres personas. Además, explicaron que el incremento de robos a locales se debe a la facilidad para adquirir celulares de un solo uso, que son difíciles de rastrear, además de inhibidores de señal.
Estos artículos pueden ser usados por estas mafias para comunicarse durante sus atracos, pero también pueden ser comercializados en lugares clandestinos.
En Quito, la Policía ha detectado los puntos con mayor frecuencia de robos a locales comerciales. En el norte están Occidental y Carvajal, Condado, Occidental y Carlos V, redondel del Ciclista, 6 de Diciembre y De los Shyris, Eloy Alfaro y Granados, Comité del Pueblo, Atucucho y La Roldós.
En el centro: San Juan, San Roque, redondel de Miraflores, El Trébol, La Marín, redondel de Cumbayá (valle) y en el sur, Chillogallo.