A Isaac Israel Espinoza Gómez (27 años) no lo dejaron merendar el papipollo que salió a comprar a una cuadra de su residencia, situada en la ciudadela Primero de Diciembre, en el cantón Babahoyo, provincia de Los Ríos.
Eran cerca de las 20:05 del miércoles 12 de octubre, cuando al lugar llegaron los sicarios, quienes le ‘pegaron’ 17 balazos. Los sospechosos se la ‘sacaron’ en una camioneta, mientras los signos vitales de Isaac descendían hasta que se confirmó su muerte.
Allegados avisaron al padre del occiso, quien estaba en la iglesia: el último de sus cuatro hijos había sido baleado. El hombre, miembro del Cuerpo de Bomberos de Babahoyo, caminó tres cuadras hasta llegar al sitio en el que atacaron a su vástago. “Antes de irme al culto le dije: No salgas, pero no hizo caso”, se lamentaba.
Isaac tenía tres meses de haber salido de la cárcel y, según su padre, estaba radicado en Quevedo, donde laboraba como comerciante.
El señor le confesó a la policía que antes su hijo vendía sustancias sujetas a fiscalización. El difunto tenía un amplio prontuario delictivo que va desde el presunto delito de narcotráfico y tráfico ilícito de sustancias, hasta la rebelión, robo y asesinato.