El anhelo de Andrés Mauricio Martínez Espinoza era tatuarse los nombres de sus dos hijas. Es por eso que la tarde del sábado acudió al domicilio de un amigo, en la cooperativa Santiago Roldós, en el sur de Guayaquil, para que le hicieran el ‘trabajo’.
Mientras le hacían el grabado, llegaron dos sujetos en motocicleta y dispararon en contra del grupo de personas que estaba en el portal de una vivienda. Él recibió dos balazos y a Kevin Saúl Sánchez Villamar, el hombre que le realizaba el dibujo, le propinaron nueve tiros. Otro morador también resultó herido de bala y se encuentra hospitalizado.
Una fuente reveló a este Diario que Sánchez Villamar tenía un proceso judicial por secuestro extorsivo y que hace dos meses había salido de la cárcel. Martínez Espinoza también registra procesos judiciales, tres por robo.
Cinco horas después, en las calles Novena y la E, en el sector del Cristo del Consuelo, fue asesinado el taxista informal Ronny Mite Cedeño, de 33 años. Sus verdugos habrían intentado robarle el vehículo.
El taxista fue asesinado a una cuadra de su casa. Sus familiares indicaron que hace dos años se quedó sin trabajo y que desde ese tiempo se dedicó a laborar en su vehículo.
«Mi yerno tenía una niña de 6 años. Como le digo a ella que su papi está muerto. La niña me pregunta por el, lamentablemente esto es lo que deja la delincuencia, niños huérfanos y familias destrozadas por tanto dolor», mencionó la suegra del occiso.