El presidente Lenín Moreno ordenó, esta semana, que se enviara a la Defensoría del Pueblo el expediente sobre el caso de la desaparición de David Romo con el propósito de que ese organismo realice una revisión y entregue un informe al respecto.
“Es algo muy positivo porque el mismo hecho de que sea la Defensoría del Pueblo la que revise nos da testimonio de buen camino ya que está muy clara la falta de debido proceso y la vulneración de derechos no solamente de David sino los míos, que hemos sufrido durante estos años”, señaló Alexandra Córdova, madre del joven desaparecido en 2013.
“Esto va a servir para esclarecer de cierta manera la actuación de los diferentes funcionarios y servidores públicos en el caso de la desaparición de David, pero también servirá para que instancias internacionales tomen en cuenta todo lo que ha sucedido dentro de esta investigación que no ha sido la más adecuada y que ha hecho que mi hijo siga desaparecido 5 años después”, le dijo Córdova a esta agencia, en una entrevista telefónica.
Córdova considera que además de este informe que está pidiendo el presidente Moreno, es necesaria la creación de una Comisión de la Verdad Internacional, que venga desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para la investigación de este caso.
“Esta comisión deberá ser con entes extranjeros que sepan de la localización y la búsqueda de personas desaparecidas. Esto junto a la decisión del señor presidente será un gran logro no solo para el caso de mi hijo sino para miles de desaparecidos que hay en el país”, señaló.
Esta madre es uno de los ejemplos más claros de temple. Todos los días se levanta temprano para escuchar las noticias, por si hay una nueva pista de su hijo, siempre está pendiente de su celular y además envía constantemente información por Whatsapp a todos sus contactos de la prensa sobre los nuevos avances de la investigación.
Su hijo David Romo Córdova desapareció el 16 de mayo de 2013 en un bus de la compañía Transhemisféricos que se dirigía hacia San Antonio de Pichincha (norte de Quito), donde vivía. El chofer, el controlador y el ayudante del vehículo fueron los primeros sospechosos de la desaparición, pero nunca dieron una pista concreta de dónde encontrarlo y sus testimonios se contradecían entre sí. Dijeron que se había bajado del bus pero que no se dieron cuenta donde, otro dijo que lo había ayudado a bajar porque David se encontraba tomado, otro dijo que había sido una mujer quien le ayudo a bajar.
En primera instancia se juzgó al ayudante del conductor por haber robado el celular de David, por lo cual pagó un año de prisión, pero nunca se inspeccionó su casa para encontrar alguna pista sobre el joven.
Según Córdova otras de las irregularidades de las primeras investigaciones son que nunca se hizo una triangulación del celular para saber la ruta que siguió, no se tomó el IMEI verdadero del teléfono y también desapareció la llamada que Romo le había hecho a su madre desde el bus en el que se dirigía a su casa después de salir de la universidad. «Hasta dijeron que la llamada nunca se hizo», afirmaba la mujer en una entrevista pasada.
Más adelante, hablaron de una supuesta clínica para adictos a drogas. Según la hipótesis de la Fiscalía, David supuestamente se fue solo a curarse de su adicción esa noche. Hicieron un allanamiento en la clínica, pero no encontraron nada de David. Habían 17 internos, de ellos solo a dos se les tomó la versión. Hoy hay un expediente por falsificación de firmas, porque esas firmas no correspondían a esas dos personas.
«En informes psicológicos e investigativos, amañados y carentes de ética profesional, ahora se ha creado una imagen torcida y delincuencial de mi hijo y seguramente dirán que yo he mentido sobre algún tema al respecto , tal como ya lo han hecho desde el inicio de la investigación», dice Córdova a través de los mensajes enviados por Whatsapp.
Alexandra Córdova, madre de David Romo, no ha dejado de luchar y buscar justicia tras 5 años de su desaparición. Foto: Archivo Andes (Foto Andes)
La Fiscalía primero indagó bajo la figura de desaparición, pero la figura cambió bajo un posible asesinato después de la declaración de Juan. E (en 2015), detenido en la cárcel de Latacunga, quien asegura que Romo fue asesinado en la Clínica de Rehabilitación Unión y Esperanza, ubicada en el sector de Pisulí, a donde habría sido llevado el muchacho,
Según el testigo, Romo fue llevado a esta clínica (que también funcionaba como un camal de animales clandestino) a la fuerza por haberse robado una funda de droga del lugar y en reprimenda Carlos Londoño (dueño del lugar) lo habría torturado y asesinado. Una versión que su madre se niega a creer porque en 2015 pusieron al caso en un expediente reservado al que ella no podía acceder y de cierta forma le negaron así la posibilidad de estar informada. Además, el testigo ha dado 9 versiones distintas sobre el supuesto asesinato de Romo, por lo que su testimonio no es muy muy creíble.
Córdova puso una queja disciplinaria para el Fiscal que trataba en ese momento, el caso por considerar que no estaba haciendo su trabajo y que le estaba negando el acceso al expediente de la investigación de su hijo. Fue allí cuando al fin tuvo acceso a parte del expediente que parecía una historia de terror, ya que detallaba la forma macabra en la que supuestamente había muerto su hijo, además le permitió corroborar los errores que hubo en la investigación.
El expediente reservado tenía varios testimonios de personas que estuvieron en el centro de rehabilitación, que fueron encarceladas por delito de tráfico de personas, y también testimonios de sus compañeros de celda que afirmaban haberles escuchado hablar sobre cómo se asesinó a Romo, cortado en pedacitos en el camal clandestino para luego ser enterrado con formol.
Todos estos testimonios y pruebas habrían sido suficientes para que la Fiscalía haya procedido a juzgar el delito como secuestro o asesinato, pero esto no se hizo. Por ello Córdova sigue pensando que es solo una hipótesis que se está manejando, sin embargo, el estado debe seguir investigando.
A finales de 2017 ella interpuso una denuncia ante la CIDH como alternativa ante “la falta de respuesta por parte del Estado ecuatoriano frente al caso que no tuvieron voluntad de investigar a cada uno de los responsables de la desaparición de su hijo”.
La CIDH dijo que investigará esta denuncia y detalló, a través de un documento, que el caso se ha registrado bajo el número P-1629-17 Ecuador y que se encuentra bajo un estudio preliminar. También indica que al finalizar esta fase de indagación se dará a conocer los resultados, pero no señala el tiempo que esto tomará.
En mayo pasado, Córdova emitió una carta abierta a la esposa del presidente, Rocío González, para exigir justicia en la desaparición de su hijo. “Quiero justicia para David, quiero que me digan la verdad, quiero que me devuelvan a mi hijo. No he dejado de buscarlo desde el momento en el que lo desaparecieron, … no dejaré de buscarlo ni si quiera y a pesar de todos los intentos desesperados de autoridades indolentes de cerrar su caso”, afirmaba la carta que se hizo pública con motivo del día de las madres en Ecuador.
“Necesito abrazarlo si está vivo y si está muerto también, para poderle dar un adiós digno, con el alma destrozada, pero con la certeza de saber que descansa en paz”, pedía en la carta. Ahora Córdova espera que el informe llegue a la Defensoría del Pueblo y que el análisis del expediente de nuevas luces sobre el caso. (Andes)