China adoptó este miércoles una serie de medidas que van desde mejorar las políticas macroeconómicas y garantizar la seguridad alimentaria a rebajar los costos médicos, mientras el presidente Xi Jinping advirtió que las reformas se enfrentan a nuevos problemas por el alza de las incertidumbres externas.
«En este momento, la situación de reformas y desarrollo de China está atravesando cambios profundos», dijo Xi en el transcurso de una reunión que presidió sobre la profundización de las reformas junto a altos funcionarios en Pekín, reportó la televisión estatal.
Pese a los retos, China mantendrá sus reformas estructurales en lo tocante a la producción y mantendrá sus operaciones económicas dentro de un rango razonable, indicó, según CCTV.
El encuentro concluyó que las políticas macroeconómicas se ocuparán mejor de la relación entre el gobierno y el mercado, sin ofrecer detalles específicos.
El gobierno ha estado aumentando su apoyo a una economía debilitada por la escalada de la guerra comercial con Estados Unidos.
En tanto, las llamadas tierras raras, un conjunto de elementos químicos escasos y que se usan en productos tecnólogicos como teléfonos móviles o misiles, son abastecidas en un 95% por China, que puede encontrar en ellos un arma para su guerra comercial con Estados Unidos.
Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos químicos esenciales para fabricar desde teléfonos inteligentes hasta cámaras, televisores de alta definición o computadoras.
China domina el suministro de las tierras raras, de las que dependen entre otros Estados Unidos. Hasta ahora no fueron sometidas a los aumentos de aranceles decretados por la administración de Donald Trump a los productos chinos.
Pero los medios chinos sugieren ahora que los exportaciones de tierras raras podrían servir como arma de represalia contra Estados Unidos por sus medidas comerciales contra el gigante asiático.
Estados Unidos amenazó este mes con dejar de suministrar tecnología estadounidense al gigante chino de telecomunicaciones Huawei, argumentando preocupaciones de seguridad.
Hasta ahora Pekín solo hizo advertencias para sugerir que las tierras raras podrían ser su próxima arma de represalia. «Como medida comercial de represalia, es una obviedad», afirma Jeffrey Halley, un analista de OANDA, .
Si Pekín hacer realidad sus amenazas, el impacto para las compañías de Estados Unidos podría ser desastroso.
«China podría obligar a cerrar casi todas las líneas de ensamblaje de automóviles, computadoras, teléfonos inteligentes y aeronaves fuera de China si decide embargar estos materiales», escribió la semana pasada James Kennedy, presidente de ThREE Consulting, en la revista National Defense.
Los analistas aseguran que de momento no es probable que Pekín cumpla su amenaza, posiblemente porque cualquier restricción a las exportaciones podría provocar una búsqueda de fuentes alternativas de tierras raras en otros países.
A pesar de que domina la oferta, China no es el único país con reservas considerables de metales.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que el año pasado había 120 millones de toneladas disponibles en el mundo, incluidos 44 millones en China y 22 millones en Brasil y Vietnam. (El Universo)