Durante el 2020 la lucha entre bandas para ganar territorio para la venta de drogas no solo se vivió en las calles, los pabellones de las principales cárceles del país se convirtieron en campos de guerra.
Fueron en total 51 crímenes los que se registraron durante el 2020 en los centros de rehabilitación social. En el 2019 fueron 32 asesinatos, informó el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI).
Uno de los primeros episodios de violencia ocurrió en la Penitenciaría del Litoral. Ahí, el 14 de febrero un reo fue descubierto colgado en una celda, todo parecía indicar que se trataba de un suicidio hasta que horas después se difundió en redes sociales el video de cómo era asfixiado por un grupo de hombres.
Según la familia del fallecido, habían sido extorsionados para pagar por seguridad a una de las bandas que operan en la prisión. El 29 de julio, dos reos más fueron acuchillados en el Centro de Detención Provisional de la Penitenciaría.
La primera mitad del 2020, pese a las muertes, todo parecía normal hasta que se conoció que el jefe de los Lagartos , alias el Gorras, había muerto a causa del COVID-19. El deceso ocurrió en Sucumbíos y luego el cuerpo fue trasladado a Guayaquil, donde lo sepultaron.
Tras conocerse de la muerte del jefe de los Lagartos, la banda de los Choneros, registró una actividad delictiva creciente y aprovechó el momento para atacar a la organización contraria. Así fue como organizó el 3 de agosto una matanza en la Penitenciaría.
Tras un enfrentamiento entre choneros y lagartos, doce presos fallecieron y al menos quince resultaron heridos. La mayoría de las víctimas eran lagartos.
Entre los fallecidos estaba un hombre en silla de ruedas que fue degollado con un machete y que había sido detenido por mandar a matar a un reconocido jurista.
Apenas tres días después, otro crimen en la Penitenciaría encendió las alarmas.
Shy Dahan, un israelí que fue detenido por la venta irregular de insumos médicos y que había mencionado a Jacobo Bucaram en su versión, fue asesinado a golpes en su celda, la que compartía con Oren Sheiman, un amigo que sobrevivió a la golpiza y quien está con resguardo policial.
Ese crimen sigue en investigación, sin embargo, con el hecho fue descubierta una mafia que operaba en la cárcel de Guayaquil y en la que estaba involucrado también el entonces director del centro, Jorge Reyna, quien fue detenido semanas después luego de que se viralizó un video en el que se ve conversando con Shy Daham y prometiéndole protección a cambio de una fuerte suma de dinero.
«No te va a pasar nada, yo te doy mi palabra», le dijo Reyna a Dahan, días antes de que lo mataran a golpes en su celda con una pesa artesanal.
Pero el último mes del año fue sin duda el más violento. El 7 de diciembre, en la cárcel de Esmeraldas hubo una riña entre bandas aliadas a los Lagartos y Choneros que causó la muerte de seis reos y dejó al menos doce heridos.
Los grupos enfrentados fueron los Tiguerones, que operaría con unos 900 integrantes, y los Gánster Negros, con 200 hombres, según una fuente.
Los Tiguerones serían una ramificación de la banda los Choneros.
Unos días después, el 15 de diciembre, cinco privados de libertad de la cárcel de Latacunga, en Cotopaxi, fueron asesinados en medio de una riña. Sería por disputas de poder entre las organizaciones delictivas relacionadas con dos bandas internacionales.
Una de las bandas es la denominada Los Mexicanos, que hace más de un año se enfrentó a bala contra agentes de Antinarcóticos cuando sacaban droga en una avioneta en una pista clandestina ubicada en los terrenos de la refinería de El Aromo, en Manabí.
Con la muerte de J. L., la semana pasada, quien era el líder de los Choneros, el Ministerio de Gobierno solicitó reforzar las cárceles a nivel nacional y varios sectores de Manabí, Guayas y Los Ríos para evitar enfrentamientos mientras se define un nuevo líder en esta organización delictiva que tendría control en la Penitenciaría a través del ingreso de varios productos, pues según una investigación serían parte de algunas empresas proveedoras de este centro carcelario.
Alianzas en Durán
Durante el 2020 los Choneros ganaron territorio en Guayaquil y Durán al aliarse con Choner Killer, una organización liderada por alias Ben10, quien junto con otros jóvenes habrían asesinado a al menos ocho personas el año pasado.
Hace tres semanas Choner Killer fue desarticulada y hace seis días J. L. fue acribillado en Manta. Actualmente, las bandas mueven sus fichas para no perder terreno y protegerse de los ataques. (El Universo)