El mayor miedo de José Julián Varas es perder el cuerpo de su mamá. Al dolor de su muerte, ocurrida el 26 de abril pasado, se suma la incertidumbre de no poder recuperar su cadáver, que hasta el mediodía de ayer se encontraba en la morgue de una clínica privada al norte de Guayaquil.
Con la cámara de su celular y los documentos de defunción de su progenitora en las manos, el joven, de 29 años, grabó su denuncia en los exteriores de la casa de salud. De acuerdo a lo que le dijeron en la clínica, supuestamente no podrían devolverle los restos de Marianita de Jesús Flores, de 66 años, hasta que cancelara la factura por el mes y medio que estuvo internada, por un valor de $ 67 mil.
José Julián aclaró que, aunque le parece una cuenta elevada, por lo que reclama no es por el pago, sino porque teme que si pasa más tiempo, el cadáver sea ingresado a un contenedor donde tal vez no lo pueda recuperar.
“En la clínica, la chica de caja nos dijo que el protocolo es esperar 24 horas hasta que los familiares respondan, y luego de eso la trasladan hasta otra morgue en la Alborada. Lo que nos preocupa es que no sabes de ahí dónde la lleven, porque ella tiene su bóveda”, explicó.
Detalló que el 18 de marzo pasado, Marianita fue ingresada por COVID-19 de emergencia a esa casa de salud privada y la familia pagó 1.000 dólares iniciales. Según los cálculos del hijo, tenía que pagar 1.700 dólares diarios por la hospitalización. Inmediatamente la trasladaron hasta la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde le realizaron una traqueotomía (un orificio que se realiza en la parte delantera del cuello para colocar un tubo y permitir la respiración).
Añadió que el 25 de abril fue dada de alta porque había superado al coronavirus y su salud mejoraba. De ahí la pasaron a cuidados intermedios. Fue entonces cuando el sufrimiento para la familia empeoró. Los médicos, que estaban en constante comunicación con ellos e incluso les mandaban fotos y vídeos de la señora saludándolos, les dijeron que tenían que volver a conectarla a un respirador.
“Es probable que tenga una neumonía por alguna bacteria resistente. Vamos a poner todo por ella como lo hemos hecho siempre”, le habría escrito el médico que la estaba atendiendo a través de WhatsApp. El 26 de abril ya había fallecido, de acuerdo al certificado de defunción, por una “fibrilación y aleteo ventricular, insuficiencia respiratoria aguda y septicemia de origen pulmonar”.
EXTRA se trasladó hasta la clínica donde falleció la señora, pero los guardias de la institución comentaron que el personal administrativo no estaba laborando. Sugirieron llamar a los números telefónicos que aparecen en su página web. Una recepcionista sugirió hablar con el personal de caja, pero ellos no contestaron, y cuando el equipo de este diario acudió dijeron que no podían responder. (Extra)
Degana gasta en clínica el covid19 es súper fuerte y aún no existe un real tratamiento para esta enfermedad .
ESTAS CLÍNICAS PRIVADAS SON LO PEOR QUE EXISTE EN EL SISTEMA DE SALUD DE GUAYAQUIL Y EL PAÍS ENTERO, SUS DUEÑOS Y PROPIETARIOS DE ESTAS CLÍNICAS PRIVADAS SON COMERCIANTES DE LA SALUD Y MERCENARIOS DE LA VIDA DE LOS PACIENTES NO TIENEN CONCIENCIA NO TIENEN ALMA Y MUCHO MENOS VALORES MORALES SOLO LES INTERESA EL DINERO