Coches bombas: ¿Cuál es el siguiente paso en la transformación de las bandas a carteles?

Ecuador amaneció el 25 de abril de 2022 con un episodio que recordó al mundo las acciones de cárteles de droga como el de Medellín, al que se le atribuye el asesinato de 300 civiles. O el cártel de Sinaloa que, según Forbes, suma 70.000 muertes.

En ambos casos hubo una escalada de violencia que inició con muertes por encargo (sicariato) y que despuntó con la colocación de coches-bomba donde la muerte impactó a ciudadanos comunes que entran en la categoría de “daños colaterales”. En Ecuador, la explosión de un vehículo en Guayaquil, provincia de Guayas, es un aviso para que el Gobierno se plantee una estrategia y se ponga un paso adelante de los carteles de la droga.

De bandas a microcarteles

Mario Pazmiño, exjefe de inteligencia de las Fuerzas Armadas, señala que el mensaje concreto de los coche-bomba es que bandas como Los Choneros, Tiguerones, Lobos o Lagartos se han convertido en microcarteles. “Y esto implica un aumento en la violencia”, señala.

Daniel Pontón, sociólogo experto en seguridad pública, por su parte, detalla que este es el resultado de una “lucha contundente contra las mafias”, pero que el Gobierno lleva desventaja. Esto porque las organizaciones criminales llevan décadas acaparando territorio y el Estado meses intentando recuperarlo. “Lo que buscan estos coches-bomba es minar la moral de quienes luchan contra la violencia del narcotráfico”, agrega.

Pontón indica que este atentado, sin muertes, a horas de la madrugada, está pensado como un primer mensaje con el que el Gobierno de Guillermo Lasso deberá iniciar una estrategia de prevención.

Terrorismo urbano

Los expertos señalan que el siguiente paso es el terrorismo urbano. “Una acción permanente de aparatos explosivos. Primero se van a concentrar en las cárceles porque ahí está gran parte de sus integrantes de megabandas. Pero, posteriormente, van a afectar cuarteles de Policía, militares (…) y pueden escalar a niveles grandes contra la población”, señala Pazmiño.

Esto ya sucedió, una semana antes, el 21 de abril de 2022, cuando la Policía detectó cartones con explosivos en los exteriores de la Unidad Judicial en el centro comercial Albán Borja, de Guayaquil.

Lo que se requiere, detalla Pontón, es que el Gobierno tenga un plan de contrainteligencia que consista en identificar cómo sale, desde el Gobierno, la información de sus estrategias. Es decir, “depurar” funcionarios infiltrados.

Pazmiño agrega que se requiere un trabajo político de todos los poderes del Estado. Como la Constitución impide que policías y militares ingresen a las cárceles, se requiere la aprobación de la Ley del Uso Progresivo de la Fuerza que plantea que policías, militares o guías puedan usar armas letales cuando sus vidas estén en peligro.

A esto debe sumarse la cooperación internacional, algo con lo que Colombia logró debilitar, en la década de los noventa, al cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar.

Esta cooperación debe incluir la militarización en pasos fronterizos y puertos.

Mafias, un escalón más peligroso

En Ecuador se ha determinado que los cárteles de narcotráfico mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (JNG) tienen presencia y han reclutado a bandas nacionales, como los Choneroslos Lagartos y las otras cuatro bandas que se disputan el poder de las cárceles en el país.

Pero a diferencia de los cárteles, cuyo ‘motor’ es el narcotráfico, las mafias no se dedican a un solo tipo de actividad delictiva. Pueden sí, controlar el paso de sustancias ilegales, pero también lucran de la trata de personas, tráfico de órganos, armas y oro, depende del tipo de organización. “Por ejemplo, la mafia albanesa tiene su característica especial: trabaja con los envíos (de droga) hacia Europa y Medio Oriente”, detalla Pazmiño. Es precisamente esta mafia la que ya se ha identificado en el país.

Organizaciones delincuenciales

Grados de peligrosidad y poder 

  1. Mafias
  2. Protomafias (presionan para ser mafias. En Ecuador se ha identificado el Comando Vermelho)
  3. Cárteles (En Ecuador Sinaloa y Jalisco Nueva Generación)
  4. Grupos armados ilegales (por ejemplo, las FARC)
  5. Megabandas (por ejemplo, Los Choneros)

“Todo depende de cómo el Gobierno asimile este primer golpe (coche-bomba), porque siempre estamos esperando que nos golpeen primero, antes de planificar”, Mario Pazmiño, exjefe de inteligencia de la Fuerzas Armadas.

“Este tipo de luchas contra las mafias deriva en un reguero de sangre”, Daniel Pontón, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (Publicado en La Hora).

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