En los últimos 30 años, el Ecuador ha afrontado cuatro epidemias que originaron emergencias sanitarias. El dengue, el cólera, la influenza AH1N1 y el covid-19 son las que han golpeado fuertemente al país desde 1991.
De ese grupo, el coronavirus ha sido el más mortífero. La enfermedad alcanzó su pico alto de mortalidad entre marzo y abril del 2020 en territorio ecuatoriano, siendo Guayas el epicentro. Solo el 4 de abril de ese año se registraron 636 fallecidos. Esto desnudó las falencias del Estado para dar respuestas sanitarias.
El año anterior se registraron 41 077 muertes en exceso, respecto del 2019. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 23 793 fueron casos confirmados o sospechosos de coronavirus y 17 284 fueron asociadas, principalmente, con enfermedades respiratorias como influenza y neumonía, enfermedades isquémicas del corazón y diabetes.
Sin embargo, el covid-19, que aún mantiene en vilo al mundo, evidenció otros problemas: la falta de medicamentos, de camas hospitalarias y de unidades de cuidados intensivos. No hubo personal médico suficiente y, entre los galenos y enfermeras, se denunció insistentemente la falta de equipos.
Esa vulnerabilidad toma importancia hoy, en el marco del Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias, que se conmemora por segunda ocasión. Para la Organización de Naciones Unidas (ONU), el objetivo es que los países dispongan de sistemas de salud sólidos y resilientes, por lo que debe existir colaboración y preparación.
“Si no prestamos atención en el plano internacional, las futuras epidemias podrían ser más intensas y graves que los brotes anteriores. Es fundamental concienciar al público, intercambiar información, conocimientos científicos y mejores prácticas”, informó el organismo.
¿Ecuador está preparado para afrontar una nueva epidemia?
Los epidemiólogos Alberto Narváez y Johnny Real coinciden en que no.
“La epidemia del covid-19 desnudó todas las falencias que el Ecuador había acumulado. En la última década se destruyó la red de epidemiología que era la encargada de investigar, controlar los brotes y epidemias”, explicó Narváez.
Dijo que ha fallado el testeo, que no hay infraestructura ni medicina para hacer frente a nuevas enfermedades. Añadió que no hay una atención óptima para afrontar otras enfermedades graves, como diabetes, cardiovasculares, obesidad, tuberculosis y VIH.
Este Diario hizo consultas al Ministerio de Salud para conocer sobre la capacidad de respuesta frente a epidemias. Hasta el cierre de esta edición informó que aún se estaba procesando la información.
Para Real tampoco es suficiente que el 77% de la población haya recibido dos dosis de la vacuna. “Vacunar no es suficiente para controlar el covid. No hay suficiente testeo, nunca se hizo el rastreo para identificar a los asintomáticos. También las medidas se toman sobre la marcha; deberían ser preventivas”.
Incluso, la reciente propagación de la variante Ómicron, ha obligado a la Autoridad Sanitaria Nacional a determinar la obligatoriedad de la vacuna.
El constitucionalista André Benavides cuestionó las últimas decisiones. Explicó que el artículo 76 de la Constitución habla del derecho del libre desarrollo de la personalidad de la ciudadanía, por el cual no se pudiera obligar a las personas a vacunarse si no lo desean.
Para determinar acciones restrictivas se han fijado varios estados de excepción en los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso. En julio pasado se estableció uno focalizado en El Oro y Guayas, luego de que se detectaran casos de las variantes Delta y Delta Plus del coronavirus.
Otras enfermedades también han causado conmoción y preocupación en el país. El 13 de febrero de 1991, el entonces presidente Rodrigo Borja expidió un Decreto Ejecutivo declarando el estado de emergencia en El Oro y Loja, para evitar la propagación del cólera que se había presentado en el norte de Perú y podía afectar gravemente al Ecuador.
Se levantaron campamentos con cuidados especiales. Solo en ese año se reportaron 46 320 casos y 565 muertos. Además, hubo?brotes menores en los años 1992, 1995 y 1998.
El?18 de enero de 1995, el expresidente Sixto Durán-Ballén decretó otro estado de emergencia en las provincias de Guayas, Manabí, Esmeraldas y El Oro para prevenir y erradicar del dengue hemorrágico, propagado por el mosquito Aedes aegyptis.
El 18 de marzo de 2002 se decretó otra emergencia ante el incremento del dengue y del paludismo, transmitidos por mosquitos, y que afecta principalmente a la Costa y Amazonía.?Ese año se confirmaron 19 339 casos por dengue.
Mientras, el primer caso de la influenza AH1N1 se reportó en 2009 en Guayaquil.? Entre 2009 y 2010 hubo unos 2 200 casos y 130 fallecidos. Hoy, el virus es estacional y está controlado.?(El Comercio)