Ser chismosa puede no ser tan malo como parece, de hecho puede traer algunos beneficios de salud y en tus relaciones si se hace con moderación.
A todos les gusta un buen chisme, ya sea sobre alguien que conocen personalmente o sobre alguna celebridad, en cuanto escuchan la palabra chisme no se puede evitar alegría. No es nada de qué avergonzarse, ya que además permite relajación por un momento, es una forma de socializar con otras personas y además puede ser bueno para la salud mental.
Un estudio reciente publicado por Social Psyhoclogical and Personality Science Journal, examinó las conversaciones de varias personas durante dos años para determinar si un tema era positivo, negativo o neutro, sobre quién era la plática y el tema que se discutía, de esta manera llegó a la conclusión de la verdadera función del chisme en nuestra sociedad.
De acuerdo con el estudio, el chisme ayuda a recopilar información sobre otros para entenderlos mejor y nos ayuda a aprender lo que se espera de nosotros para ser un buen miembro del grupo y qué podría suceder si rompemos las reglas de este.
El hablar de otros, no es particularmente negativo, es simplemente otra forma de aprender a relacionarnos y entender las normas sociales a las que estamos sometidos para evitar el aislamiento, además de que nos acerca personas con la misma perspectiva que nosotros.
Mientras el chisme no tenga la intención de dañar a otros o el beneficio propio, no se puede considerar dañino, sino una parte de la vida en la que todos participamos, así que no te preocupes por ser «chismosa», ahora sabes que solo es una forma más de socializar. (Nueva Mujer)