El fenómeno de los jóvenes, entre 18 y 24 años, que no estudian ni trabajan, ha venido creciendo y profundizándose en el país, lo que representa un riesgo para la productividad y el crecimiento a mediano y largo plazo.
En 2007, el grupo de los Nini (no estudian ni trabajan) era de 252.831 personas, entre 18 y 24 años. Si se extendía el análisis hasta los 34 años la cifra aumentaba hasta 433.932 jóvenes. Doce años después, con cifras del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC) y el estudio de la Corporación Andina de Fomento (CAF), se puede establecer que en el primer grupo, hasta los 24 años, el número de Ninis subió a 642.763 personas. Mientras que incluidos hasta 34 años se llega a 1.120.468 de ecuatorianos.
Los jóvenes que conforman esta clasificación abandonaron el sistema educativo o terminaron sus estudios, pero no trabajan por diferentes motivos. Felipe Puma tiene 20 años. Terminó la secundaria, pero no pudo obtener un cupo para estudiar medicina. “No tengo una ocupación. Ayudo con cosas de la casa. La situación está difícil. Tengo algunos excompañeros del colegio que tienen los mismos problemas”.
Las mujeres predominan
Un informe del Banco Mundial establece que dos tercios de los Nini en Latinoamérica; es decir el 66%, son mujeres. En el país esa cifra sube al 72%, lo que es “significativamente mayor que el promedio regional”. “En Ecuador el determinante más importante para caer en la condición de Nini es el embarazo adolescente”, dice el informe. Según cifras de salud pública, alrededor del 20% de los partos del país corresponden a madres menores de 19 años.
El segundo factor es que dejan de estudiar. Según una encuesta de la ONG Plan Internacional, todavía una tercera parte se queda fuera del circuito educativo, pese a que el indicador ha mejorado.
“Muchos se convierten en Ninis cuando abandonan el sistema educativo, alrededor de los 15 años, pero el problema se gesta antes. Más de la mitad de los Ninis en Ecuador vienen de los estratos más pobres”, concluye el Banco Mundial.
Cristina Obando tiene 19 años, pero no terminó la educación secundaria. Tiene un niño de 4 años y no ha podido acceder a un trabajo, desde hace dos años. “Ya no pude seguir estudiando por mi embarazo. He tenido trabajos ocasionales e informales, pero hace tiempo se me ha hecho casi imposible conseguir algo”.
Fuente: La Hora