Durante la final del solo libre, una de las categorías de la natación artística, en el Mundial de natación que se lleva a cabo en Budapest, se vivió una de las escenas más dramáticas de los últimos tiempos en el deporte acuático. La atleta de los Estados Unidos Anita Álvarez acababa de terminar su rutina cuando se desmayó antes de salir del agua y fue Andrea Fuentes, la entrenadora del equipo, la que se tiró a la pileta para rescatarla.
Al poco tiempo, las autoridades informaron que la nadadora estaba bien de salud. Pero la que se encargó de relatar lo sucedido fue la propia Fuentes, quien salvó a su pupila con la decisión de sumergirse hasta el fondo de la piscina en la Isla Margarita. “Ha sido muy intenso. Los médicos le han tomado las constantes vitales y al acabar todo estaba bien, tenía el corazón y la presión normales, pero el tema es que no respiraba”, dijo la española en declaraciones al medio RAC1.
“Creo que ha estado dos minutos al menos sin respirar porque tenía los pulmones llenos de agua, pero la hemos podido llevar a un buen sitio, ha vomitado el agua, tosido y ya está, pero ha sido un buen susto”, agregó Fuentes, que está al frente del conjunto de nado sincronizado estadounidense desde 2019.
“Estoy que no me lo creo. Ha sido apoteósico, Anita no respiraba. He intentado despertarla a bofetadas y abriéndole la mandíbula”, sumó en su explicación, esta vez a radio COPE, también del país ibérico.
Fuentes, de 39 años, es una de las grandes representante de la natación artística en la historia de los Juegos Olímpicos para España. Ganó cuatro medallas, tres de plata y otra de bronce, entre Beijing 2008 y Londres 2012.
Al ser consultada por cómo tomo la decisión de ir a buscar a su nadadora, Andrea apuntó contra los rescatistas que tiene la organización para actuar en casos como estos. “Normalmente, cuando acabas una coreografía estás tan cansado que lo primero que quieres es respirar, lo necesitas. Yo he visto que ella se iba hacia el fondo y me he dicho que no era normal. Llamé a los socorristas para que se tirasen al agua, pero no reaccionaban. Nadie venía y me he tirado”, explicó.
“He nadado hacia ella lo más rápido que he podido, creo que he nadado lo más rápido de mi vida, ni cuando era medallista olímpica, y al final la he cogido. Estaba ya en el suelo. No respiraba”, agregó.
Al mismo tiempo, explicó qué pudo haber producido el incidente que tuvo Álvarez, que no fue su primero. “Los deportistas ponemos el cuerpo al límite, ha descubierto hoy donde está su límite. A ella le pasó hace un año: simplemente se quedó un poco en la superficie, un poco inconsciente, pero no se hundió. Yo estaba a un metro, entonces la saqué. En nuestro deporte es algo que puede pasar porque estamos sin respirar durante mucho rato, con las pulsaciones muy altas, y a veces el oxígeno no llega donde tiene que llegar y nos desmayamos”.
Más allá de la final del solo libre, Anita también es parte de la competencia por equipos. Y según explicó la entrenadora, quiere ser parte de la prueba con el resto de sus compañeras. “Quiere nadar y marchase de Budapest con la cabeza bien alta. Todo el mundo la está animando para que lo haga”.
“Ha pasado buena noche pero emocionalmente está cabreada y frustrada. Ella quiere hacerlo bien y que no le pase algo así. Ella dice que está al 100% y que va competir pero hay que esperar a ver lo que dicen los médicos”, sumó Fuentes sobre la intención de Anita de volver a nadar en el Mundial de natación.