Diario Extra.- Tres días antes de sus asesinatos a los cabos Jimmy Roberth Sarango Ágreda y Marlon Alberto Iza Palma los trasladaron al distrito Durán. Hicieron un curso y desde el sábado 29 de octubre ejercían como instructores de la Policía Nacional en este cantón guayasense. Antes laboraron en otras unidades policiales de Guayaquil y Los Ríos, respectivamente.
Los dos uniformados fueron atacados a tiros cuando se movilizaban en un patrullero por el sector María Piedad, de Durán, a las 14:00. Para la arremetida sus atacantes utilizaron fusiles. Minutos después, tras varios operativos, fueron detenidos los presuntos responsables del doble crimen. Tres adultos y dos menores de edad. En su poder se hallaron dos fusiles, tres pistolas y más de 300 municiones.
Sarango e Iza engrosan a cinco el número de policías asesinados en menos de 14 horas en la Zona 8, conformada por Guayaquil, Durán y Samborondón.
Casi a la misma hora de este hecho, en la urbe porteña también fue atacada una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) ubicada en las calles 14 y Pedro Pablo Gómez. Aquí murió el sargento Hugo Vicente Dávila Neira, de 45 años, otro gendarme también resultó herido y se encuentra hospitalizado en estado crítico.
Resultados: 36 detenidos. 21 armas de fuego, 1.176 municiones, una granada tipo limón, 150.000 fulminantes y 17.616 tacos de explosivos han sido decomisados durante el estado de excepción en Guayas y Esmeraldas.
Trece horas antes, en las calles 17 y Cuenca (suroeste de la urbe) fueron victimados el policía Rommel Stalin Chunata Martínez, oriundo de la provincia de Chimborazo, y el cabo Félix Eduardo Contreras Montoya, nacido en el cantón Vinces. Ellos prestaban sus servicios en la UPC del circuito Salinas, ubicada en las calles 18 y Brasil.
‘Mataron’ sus sueños
Sarango (28) era oriundo de Zamora Chinchipe, pero residía en el cantón Milagro, Guayas. Hace un año aplicó a un curso para ser educador de la Escuela de la Policía.
“El ‘body’ iba como copiloto cuando los atacaron. Al momento de ser interceptados se movilizaban a una delegación. Antes del traslado laboró como motorizado en el distrito Portete. Había cumplido su sueño de ser instructor. Su esposa también es policía. Se conocieron cuando formaban parte de la institución. Tienen una niña. El asesinato de nuestros compañeros nos llena de dolor e impotencia”, comentó un amigo y compañero de la víctima.
Iza, de 35, era originario de Guayaquil y hasta hace cuatro días prestó sus servicios en el distrito Puebloviejo, en la provincia de Los Ríos.
La Policía también informó que siete de sus miembros resultaron heridos en los ataques propiciados por organizaciones criminales y motivados, al parecer, por el traslado de reclusos desde la Penitenciaría del Litoral a otras cárceles del país.
Tres de los heridos trabajan en el distrito Nueva Prosperina, tres en Durán y uno en Portete. Cinco se encuentran estables y dos con pronóstico reservado. (AEB)
Continuaron las arremetidas
Atacaron un centro de salud, una UVC y a la CTE
Durante la noche del martes y la madrugada de ayer miércoles continuaron los ataques con explosivos y a bala en contra de unidades policiales, una dependencia de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) e incluso en un centro de salud se produjo un hecho violento que dejó un muerto y un herido.
A las 19:00 del martes, dos delincuentes llegaron en una motocicleta y dispararon desde los exteriores de la casa de salud tipo C ubicada en el bloque 1B de Bastión Popular, en el noroeste de Guayaquil. Testigos indican que uno de los baleados se encontraba en el área de farmacia y que fue alcanzado por un proyectil. “El disparo lo recibió en el cuello. El otro hombre recibió los tiros en la cabeza y falleció”, dijo un morador, quien pidió la reserva de su identidad por temor a represalias.
El coronel Víctor Molina, jefe del distrito Pascuales, informó que el ‘blanco’ de los criminales era una persona que encontraba en esa dependencia. La víctima fue identificada como Bolívar Pinela Martínez. En el lugar se encontraron 21 indicios balísticos, calibre 9 milímetros. En la puerta de ingreso del subcentro aún se observan las huellas del ataque.
Nueve horas después, a las 04:00 de ayer, un sujeto a bordo de una motocicleta arrojó un explosivo afuera de la Unidad de Vigilancia Comunitaria de Los Esteros, en el sur de Guayaquil.
El coronel Fausto Miño, comandante policial de este Distrito, informó que el sospechoso dejó la funda y huyó, pero que antes arrojó unas hojas con amenazas en contra de la Policía. En los panfletos se lee: “Esto es para que no sigan trasladando a la gente Chonera, se van a morir policías, funcionarios de la Penitenciaría…”.
Mientras que en las dependencias de la Comisión de Tránsito del Ecuador de Durán también se reportó una alarma similar. Policías también llegaron al sitio para controlar la emergencia. (AEB)
Tras los ataques
Uniformados se trasladaron a otras UPC
En las paredes de las instalaciones de la Policía Nacional donde se perpetraron los atentados durante la madrugada, tarde y noche del martes 1 de noviembre, han quedado los rastros de los proyectiles. Ayer estaban vacías.
En la UPC, ubicada en la ciudadela Villa Bonita, en el noroeste de Guayaquil, en donde se registró un enfrentamiento entre delincuentes y policías, que dejó como saldo un presunto antisocial muerto y un agente herido, los servidores policiales que allí laboran dejaron sus puestos de trabajo y se trasladaron hasta otra estación policial.
Durante el recorrido, un equipo de este Diario constató que en esta UPC no había uniformados laborando y que incluso dos de ellos salían en sus vehículos vistiendo el chaleco antibalas y de civil.
Lo mismo en la UPC, ubicada en las calles 18 y Brasil, donde trabajaban los dos agentes asesinados durante la madrugada del martes, y en la unidad policial de la 14 y Pedro Pablo Gómez, donde también fueron baleados dos gendarmes, uno murió.
A través de un boletín emitido por el departamento de comunicación de la Policía, el general Víctor Zárate, comandante de la Zona 8, dio a conocer que “dentro de los cambios que se darán está primero garantizar la vida del servidor policial, para poder garantizar la seguridad de los ciudadanos de bien, que son la mayoría de los ecuatorianos. No podemos perder la guerra, no podemos claudicar, no podemos ni debemos retroceder, y al margen del miedo y temor que podamos sentir, no vamos a cambiar el modelo de gestión”. (AEB)