El Ministerio de Ambiente de Ecuador anunció este viernes 12 de abril el reforzamiento de una campaña para proteger la llamada palma de cera (ceroxylon), usada por fieles para elaborar artesanías religiosas durante el Domingo de Ramos.
Además, ratificó su pedido a la ciudadanía para preservar la palma de cera que crece en ecosistemas entre los 200 y 800 metros sobre el nivel del mar, que está en peligro de extinción y es el hábitat de dos especies de loros.
La palma de cera está amenazada por la deforestación, debido a su lento crecimiento, pero además es protegida porque provee de alimento y vivienda a los loros «orejiamarillo» y al «perico cachetidorado», que también están en peligro por la tala directa de la palma.
El ministro de Ambiente, Marcelo Mata, recordó en una rueda de prensa que desde 2015 empezó esta campaña que prohíbe el uso de las hojas de esta palma endémica del país.
La campaña denominada «Tradición y Conservación van de la mano», busca sensibilizar a la gente sobre la utilización de la palma de cera para elaborar ramos que sirven, tradicionalmente, para la celebración religiosa que conmemora la entrada de Jesucristo a Jerusalén, dando inicio así a la Semana Santa.
El ministro además comentó del trabajo que se ha realizado con el clero, pues se ha hablado con la iglesia católica para apoyar esta campaña y que animen «a los fieles en sus misas a que no utilicen la palma» y se usen otros tipo de materiales.
«Nos han hecho conocer que quienes lleven ramos hechos con palma no serán bendecidos en la celebración religiosa», advirtió Mata.
Por su lado, el jefe de la Unidad de Protección del Medio Ambiente de la Policía, Miguel Mayorga, apuntó que la vigilancia, los controles y el decomiso de las hojas de palma que haya sido cortadas, se realiza en coordinación con las direcciones provinciales de ambiente.
También recomendó a la ciudadanía a que utilice ramos alternativos con plantas como arrayán, manzanilla, romero, hojas y flores de maíz, trigo, laurel, entre otros materiales.
Según datos de la Policía, en 2018 se incautaron 1.821 kilos de palma en la provincia costera de Guayas (suroeste), aseguró Mayorga.
De acuerdo a la normativa legal, la sanción por comercializar las hojas de esta planta puede ser de tres hasta cinco años de prisión y existe una sanción económica que puede variar entre los 3.000 y los 78.000 dólares, agregó el jefe policial. (El Telégrafo)