ECUADOR | La dolorosa historia de una humilde mujer comerciante que «le ganó» a los extorsionadores

Para Mariana (nombre ficticio), las extorsiones “no podían representar miedo”, pues las ganancias de su negocio son el sustento de su familia.

La mujer, quien actualmente reside en una cooperativa del noroeste de Guayaquil, dice sentirse confundida al decir que superó parcialmente las extorsiones de las que fue víctima hace casi un año. “Yo vendía comida en una esquina. Solo tenía un fogón y mi sazón, pero me vieron (las bandas criminales) como una fuente de dinero y empezaron a exigirme un pago para supuesta seguridad”, dice.

¿Cómo iniciaron las amenazas a Mariana?

Primero, le llegó un panfleto amenazante y, por rumores, ya conocía cuál era el siguiente paso: algún ataque a balas o con explosivos. Ella no quería exponerse ni a su familia, pero se le hacía imposible destinar una cantidad de su dinero generado gracias a su esfuerzo diario, para financiar los caprichos de los delincuentes.

Sin embargo, después de pensarlo, decidió pagar, pero ofreció dar menos dinero del solicitado. Ella no lograba cubrir el monto que le pedían y no le aceptaron la cantidad que había propuesto. Enseguida, le dijeron que era imperativo su pago completo si deseaba continuar trabajando.

Referencial. La venta de alitas asadas es común en algunos sectores de la ciudad.archivo

Finalmente, se propuso no salir a vender sus alimentos por algún tiempo, “mientras se calmaran las aguas”, pero no podía dejar de generar dinero para sostenerse ella y a sus dos hijos. La creatividad se apoderó de ella y modificó su forma de negocio.

¿Cuál fue la solución que Mariana halló frente a las extorsiones?

A través de sus estados de WhatsApp ofrecía los platos a sus contactos y solo entregaba a domicilio. “Obviamente no me iba tan lejos, pero dentro de mi casa alistaba las tarrinas y entregaba de dos en dos. Lo hacía de manera discreta, para evitar que también me vieran en la calle y quieran ‘vacunarme’ hasta por eso”, menciona.

Mariana expone que hasta el momento le ha funcionado este ‘giro de su negocio’, ante la escalada de violencia. Sin embargo, aún no retoma su antigua forma de venta, con la que generaba más dinero.

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