En diciembre del 2011 el aeropuerto Reales Tamarindos de Portoviejo fue cerrado por decisión gubernamental y a la fecha el 90 por ciento de la fuerza laboral sigue sin trabajo.
Una parte de ese grupo se reúne con frecuencia para confraternizar y esta vez, 22 de octubre del 2021, se concentraron en el balneario de Crucita con el objetivo de sostener en el tiempo esa amistad entrañable..
Armando Alcivar, quien se desempeñó como jefe de la terminal área desde el 2003 hasta el cierre por decisión del presidente Rafael Correa, indicó que 2 de los 22 empleados lograron conseguir un trabajo estable, 2 fallecieron y el resto sobrevive de actividades eventuales y otros simplemente no tienen un empleo que les permita subsistir.
Alcivar dijo que una vez que se cerró el aeropuerto se debió reubicar a todos como era obligación del Estado.
Apuntó que la totalidad estaba preparado para cumplir con las labores concordantes con la aviación, y una vez que la actividad en el aeropuerto concluyó, prácticamente quedaron en indefensión porque era para lo único que estaban adiestrados por el mismo Estado.
Recordó que en el 2011, mediante Decreto Ejecutivo 813, se dispuso en el Reglamento de la Ley Orgánica de Servicio Público se establezca que las instituciones públicas puedan establecer planes de compra de renuncia obligatoria con indemnización.
José Chávez, uno de los ex empleados, manifestó que, además, quedó un sentimiento de injusticia ya que posteriormente la misma Dirección de Aviación Civil convocó para llenar puestos que los empleados del Reales Tamarindos podían hacer.
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