Las alertas ya se prendían a lo largo del año: “Seis personas asesinadas en menos de 24 horas en Quevedo”. “Tres asesinatos en Ventanas en este fin de semana”. “Policía investiga cinco crímenes en Babahoyo y Mocache”.
Hoy todos estos titulares se resumen en uno: 2021 fue el año más violento en la última década. Así lo confirman los datos de la Policía Nacional. Entre el 1 de enero y el 27 de diciembre, en el país se han registrado 2.440 muertes violentas, entre asesinatos, homicidios, femicidios y sicariatos. Significa que 1.099 personas más perdieron la vida que en el mismo periodo de 2020.
Lejos de los datos, están las familias. Como la de Justo Loor, de 23 años, que murió la noche de Navidad acribillado en la cooperativa Guayas y Quil, en el sur porteño.
Crímenes como estos sitúan la tasa de homicidios, que es el principal indicador para medir la seguridad, en 13,7 muertes por cada 100.000 habitantes. En 2012 la tasa fue de 12,3.
Para Andrés de la Vega, docente universitario y consultor en Seguridad, entre los factores que explican este incremento de la inseguridad está la “destrucción del tejido social”. Apenas 30 de cada 100 ecuatorianos en edad de trabajar tienen un empleo. Al haber menos oportunidades, las personas son más vulnerables a vincularse con economías ilegales, como el microtráfico, el contrabando, etc. “Un segundo factor: Hay menos resultados de la Policía para generar una sociedad segura. ¿Por qué la Policía es menos eficiente? Creo que es la falta de control y falta de medios económicos para su adecuada gestión”.
La principal motivación de las muertes es la criminalidad, que está asociada al tráfico de drogas. El contexto es que este año el país rompió el récord histórico de incautaciones: 203 toneladas y el 80 % es cocaína.
En Durán perdió la vida otro joven de 22 años el 25 de diciembre. También recibió impactos de bala. El parte policial señala que el crimen estaría vinculado al microtráfico.
Hoy Guayaquil tiene una tasa de homicidios de 21 muertes. Esto la ubica como la urbe más insegura del país. Su situación solo se compara con la violencia de otros países. El Salvador, por ejemplo, tiene una tasa de 20 y Brasil de 19,3.
Para el legislador Ramiro Narváez, de la Comisión de Seguridad, las cifras muestran tres hechos: que se necesita de un Ministerio de Seguridad Integral, que la seguridad es el tema que más preocupa a la gente y que se necesita de la articulación del Ejecutivo, Legislativo y el Poder Judicial. “Debe existir una política pública que incluya a la Justicia. Porque la actual, que lleva adelante la Policía y el Ministerio de Gobierno, no es clara; no tiene metas ni indicadores a corto o largo plazo”.
La pandemia tuvo un rol
La destrucción del empleo, el cierre de negocios y el aumento de la pobreza están asociados a la crisis del petróleo que se inició en 2016. Y solo en 2020, la COVID-19 redujo el PIB en 7,8 puntos. Alrededor de 8.000 millones que no fueron generados.
Influencia de Colombia
El fallido proceso de paz de las FARC dinamizó la economía de la droga. Ecuador es un país de tránsito y de abastecimiento. Colombia hoy produce más de 1.200 toneladas de cocaína y Ecuador proporciona sus puertos, combustible, precursores químicos, etc.
329 presos asesinados
La tasa de homicidios subió a 13,7, es decir seis puntos más que en 2020 La principal motivación: criminalidad por drogas
El sistema de rehabilitación social ha sido debilitado en los últimos años. Desde la creación de megacárceles, sin programas de rehabilitación, las bandas se han organizado adentro de los centros penitenciarios. En este 2021 hubo 329 muertos. En 2020 fueron 51
Cambio de autoridades
En el ámbito de la seguridad, el Gobierno ha sido muy inestable. Ocho cambios se han dado en los ministerios de Gobierno, Defensa, Centro de Inteligencia y Servicio de Atención a Privados de Libertad. Por cinco meses no hubo viceministro del Interior.
(Diario Expreso)