«Carné de vacunación y la cédula, por favor”. Ese era el pedido que se hacía este jueves en los exteriores del centro comercial Mall El Jardín, que se ubica en el norte de Quito, para permitir el ingreso al establecimiento.
Muchos se apuraron a buscar el documento en sus carteras, mientras otros lo hicieron vía digital a través de sus teléfonos móviles.
Algunas personas como Mercedes Regalado, de 72 años, no lo llevaban consigo y su teléfono celular no le permitía buscarlo en la página web del Ministerio de Salud Pública, por lo que regresó a su domicilio a traerlo.
Para ella fue una sorpresa que estén solicitando ese documento, pues indicó que hasta ayer no lo pedían.
“Yo estoy de acuerdo, muy bien. Los ciudadanos creen que ya no hay peligro con el virus, todo lo contrario”, mencionó.
Ella está a favor de que también se lo pida para ingresar a restaurantes, tiendas, mercados, sitios donde pueda haber aglomeración.
En el centro de Quito, en tanto, entidades municipales realizaron controles a los nuevos aforos en el transporte público tras la decisión del Municipio de Quito de disminuirlo del 100 % al 75 % debido al aumento de contagios de COVID-19.
Funcionarios de la Agencia Metropolitana de Control (AMC) se subieron a varios buses a pedir a los pasajeros y a los conductores que apliquen medidas de bioseguridad como el uso de la mascarilla y que la utilicen adecuadamente.
A un chofer que no la usaba sobre la nariz le indicaron del inicio de un acto administrativo que es un proceso por el cual se le podría sancionar por cometer una infracción.
Los operativos se realizaron en el sector de La Marín, una de las zonas con mayor tráfico en Quito, con apoyo del Cuerpo de Bomberos, agentes de Control, Agencia Metropolitana de Tránsito.
Wellington Sánchez, jefe de operativo de la AMC, sostuvo que los controles se efectúan de manera aleatoria en diferentes puntos de la ciudad con la finalidad de evitar el desarrollo de la nueva variante ómicron.
“Estamos teniendo bastante dificultad ya que la ciudadanía se está relajando demasiado, especialmente en esta época del año”, dijo.
Sánchez mencionó que el Municipio no realiza la verificación de los certificados de vacunación ya que eso le compete a cada establecimiento o cada lugar donde vaya a ingresar un ciudadano.
La Agremiación de Restaurantes de Pichincha (Agrepi), que agrupa a unos 600 establecimientos, considera que no es constitucional pedir el certificado de vacunación.
Diego Vivero, director vocero del gremio, indicó que se reservan el derecho de solicitarlo a sus clientes, pero para él no es algo por lo cual puedan ser sancionados.
Cree que el Gobierno debería obligarlo si lo considera algo indispensable para los trámites públicos.
“Mal podemos pedir nosotros un certificado de vacunación como obligación; sí podemos hacerlo si es que consideramos oportuno”, indicó Vivero.
Agregó que en agosto pasado se hizo un análisis y se acordó con el Municipio de Quito que si se daban determinados índices médicos, se modificaban las alertas e irían hacia una alerta verde o una alerta naranja. El cabildo quiteño decidió pasar a una alerta naranja con lo que cambiaron los aforos.
Pidió que les den los datos que justifiquen ese cambio de alerta de amarilla a naranja, pero que se considere además el componente de inoculación.
Vivero agregó que si tienen que bajar los aforos, lo harán porque ese fue su compromiso.
En algunos centros comerciales como el San Luis Shopping, que se ubica en el cantón Rumiñahui, en Pichincha, hubo control del certificado de vacunación sea físico o virtual.
Cristina Moshenek, gerenta de Asuntos Corporativos de Corporación DK, mencionó que en los centros comerciales operados por DK Management, como el San Luis, están adoptando las medidas dictadas por las autoridades locales de cada ciudad donde operan. Tienen nueve establecimientos de ese tipo en Quito, Guayaquil, Manta, entre otras ciudades.
Personas que fueron a comprar en ese lugar comentaron que quien no tenía el documento no lo dejaban ingresar.