Extra.- Rosa y su hija de ocho meses salieron de Guayaquil a las 14:00 del sábado 1 de febrero, con rumbo a Santa Elena. Sus familiares la vieron subirse a un taxi y no supieron más de ellas, hasta la noche de ese mismo día, cuando una allegada los contactó para informarles que la mujer había sido encontrada muerta y que la bebé estaba desaparecida.
La víctima, de 29 años y oriunda de Portoviejo, Manabí, fue asesinada con disparos en el cráneo, según información policial. Su cuerpo fue hallado en el sector Los Pozos Petroleros, en la parroquia Atahualpa, de Santa Elena.
Un investigador indicó que, según declaraciones de una pariente, la joven viajaba con frecuencia hacia esa provincia y solía hospedarse en la casa de los padres del papá de su hija o donde una tía.
“A través de redes sociales, sus allegados se enteraron de que una menor de edad había sido encontrada extraviada en la vía Ancón. Al percatarse de que se trataba de su familiar, viajaron hasta el cantón Santa Elena, donde posteriormente se enteraron del hallazgo del cuerpo de Rosa”, explicó una persona cercana a la víctima.
Según testimonios recogidos, la mujer viajaba a Santa Elena para visitar la tumba de su expareja, quien había fallecido meses atrás.
El oficial agregó que, de acuerdo con los parientes, Rosa habría habitado en un sector del sur porteño, pero cuando un equipo de EXTRA se trasladó hasta la dirección registrada como su domicilio, los habitantes y vecinos afirmaron no conocerla.
“Supimos de la noticia, pero nunca hemos visto a esta joven en el sector. La dirección que ella proporcionó coincide con la casa de mi vecino”, comentó bajo reserva una residente.
Abandono intencional
La Policía de Santa Elena continúa con las investigaciones para dar con el paradero del o los responsables del asesinato de la manabita. Tras la ejecución de Rosa, su hija fue encontrada gateando en la vía Ancón-Atahualpa la tarde del sábado.
Los investigadores sospechan que la menor fue dejada intencionalmente al borde de la carretera, para que fuera encontrada y rescatada, ya que el cuerpo de su madre fue hallado casi a un kilómetro, “una distancia imposible de recorrer para un bebé”.
Además, la niña no presentaba heridas ni lesiones que indicaran que había avanzado por su cuenta. Tampoco mostraba signos de insolación, a pesar del intenso sol registrado ese día en la zona, lo que sugiere que llevaba poco tiempo abandonada.
“Fue un morador que llegó a visitar a un familiar quien encontró a la mujer asesinada al pasar por el sitio. De inmediato se llamó a la Policía para que inicie la investigación”, informó Juan Carlos Borbor, teniente político de la parroquia Atahualpa.
Por su parte, Drino Nieto, activista del colectivo Despierta Santa Elena, expresó su asombro ante este crimen que ha conmocionado a la provincia. “La sociedad ha caído en lo más bajo. Lamentablemente se han perdido todos los valores. Este hecho atroz es una muestra palpable de que la delincuencia lleva la delantera. Es hora de despertar”, expresó.