Esposos que nacieron el mismo día cumplirán 100 y 90 años. Conoce su historia

Nacieron el mismo día, quizás a la misma hora, eso no lo sabremos pues ocurrió hace un siglo en algún lugar de Manabí, allá por el siglo 1918.

Ella cumplirá 90 años y el 100. Él la toma de la mano, la besa. Sigue siendo su amada. Ella le responde los gestos y ambos sonríen.

Para su familia son el mejor ejemplo de amor, de respeto, de tolerancia, de fidelidad. Ángel Felicísimo Intriago nació en Junín y Bertha Luzmila Zambrano en Calceta.

Como en una historia del escritor Paulo Coelho, Luzmila y Felicísimo se encontraron, sus almas se juntaron y desde hace más de 60 años viven juntos. Levantaron su hogar, primero en el kilómetro 90 de la vía Portoviejo-Quevedo, luego en el sitio Balsa Tumbada de Junín y finalmente se radicaron en Manta, donde viven actualmente. Sus siete hijos varones y cuatro mujeres son el fruto de un amor intenso e incondicional.

Kerly Intriago describe a su abuelito como un “hombre trabajador, cariñoso, colaborador, con una sonrisa que siempre nos alegraba al verlo cuando llegaba a la casa. Es sin duda el mejor abuelito, el pilar fundamental de la familia, fuerte y resistente”.

Su abuelita Bertha es además su madrina de uñas, una mujer muy cariñosa, hermosa, a la que ama muchísimo, señala la nieta, quien le pide a Dios que les siga dando más años de vida a sus abuelitos.

Para Yadira Intriago Bravo su abuelo Felicísimo es un ser visionario, que no se abatió ante la falta de recursos económicos y logró sacar a su familia adelante.

El amor inmenso por su familia lo obligó a emigrar, pues él deseaba que sus hijos y nietos fueran profesionales, sueño que ha visto cumplir.

“Mi abuelita es una mujer muy entregada al trabajo, con un carácter súper fuerte para poder llevar adelante una familia, pero a la vez con su sonrisa encantadora con la que recibía siempre a sus nietos en su casa. Trabajar en el campo no es fácil, pero ella lo pudo hacer” dijo.

El próximo 7 de septiembre esta pareja celebrará su cumpleaños. En casa todos están motivados. Están preparando los dulces, de esos que le gustan a Felicísimo y su esposa Bertha.

El pastel no puede faltar. Es probable que el mayor de los Intriago entone sus versos, esos con los que en las fiestas y momentos de descanso alegraba a su familia.

Son cien años de vida, noventa, para unos quizás muchos, para la descendencia de esta pareja son pocos. Ellos quisieran prolongar el tiempo, parar el reloj, retener la vida, esa que celebraran Felicísimo y Bertha.

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