David V. perdió a casi todos sus hijos en la matanza ocurrida el martes en la Penitenciaría del Litoral, en donde hasta el jueves se había identificado la muerte de 118 reos y la hospitalización de 79.
Según David, sus cuatro hijos eran internos de la cárcel de Guayaquil, pero asesinaron a tres de ellos, que estaban en el pabellón 5 en donde se conoce que habrían encontrado la mayoría de cuerpos. Ahora solo le queda uno, y clama a las autoridades para que lo dejen salir cuanto antes.
La tristeza de David ya era grande cuando el miércoles le comunicaron que debía acercarse a la morgue a retirar el cuerpo de su hijo Danny. Sin embargo, la depresión de él y su esposa aumentó el jueves cuando les dijeron que asistan al Laboratorio de Criminalística para tramitar también el retiro de los cadáveres de Darwin y Johnny.
“Quisiera que en el amor de Cristo no pasen este dolor que estoy pasando yo, pero Dios da fortaleza”, dijo a un medio manabita el padre.
Asimismo, aseguró que su último hijo, interno en el pabellón 9, saldrá en libertad el próximo 4 de octubre por lo que pide que se acelere su salida cuanto antes, para evitar perderlo en un nuevo enfrentamiento.
“Apenas unos día faltan, señor Guillermo Lasso, ayúdeme. Quisiera que aunque sea un hijo me dejara. Un hijo nomás, nada más. (…) No le pido grandezas”, clamó el hombre entre lágrimas.
Los hijos de David están siendo velados en la cooperativa Reynaldo Quiñónez, ubicada en Monte Sinaí.