La investigación ejecutada al grupo delictivo aparentemente dirigido por Carlos Tuárez, expresidente del Consejo de Participación, arroja más detalles. 49 días después de la captura de 33 personas, la información recabada por la Fiscalía muestra que los aprehendidos montaron una compleja red para cobrar a quienes estaban interesados en ocupar un puesto público.
Según las indagaciones, los sospechosos alquilaron una habitación en un hotel de Quito y allí pusieron en marcha su operación delictiva. Los agentes dicen que los interesados en los cargos eran contactados a través de llamadas telefónicas e instruidos para que en día y hora específicos llegaran al hotel y entregasen el efectivo.
El día en que Tuárez y el resto fueron apresados, la Fiscalía dijo que pedían hasta USD 20 millones por un cargo en la Aduana o en la aviación civil.
De las evidencias recogidas, la Fiscalía sabe que los interesados entraban con el dinero en maletas y debían esperar nuevas instrucciones a través de mensajes de texto o llamadas a los celulares. El expediente advierte que en un momento determinado, un auto pasaba por el hotel, recogía a la persona que pagó por el cargo y era llevado para su posesión.
Mientras iban camino a ese acto, otros integrantes de la red delictiva ingresaban a la habitación del hotel, contaban el dinero en efectivo y verificaban si había cancelado todo. Solo si había cumplido ese requisito era posesionado. Caso contrario, la operación se caía.
Los agentes dicen que ese método es conocido como ‘espejo’, y que no lo habían visto en otros casos. De los datos recabados hasta ahora se sabe que lo usaron con al menos dos personas que buscaban cargos directivos en el Estado.
Fuente: El Comercio