El fondo de pensiones, manejado por el Banco del IESS (Biess), llegó a $ 7.298 millones en junio de 2018. El monto del fondo ha ido cayendo desde diciembre del 2015 cuando estaba en $ 9.032 millones. Una de las razones para este comportamiento ha sido la eliminación de la contribución del 40 % del Estado, que se volverá a entregar a partir del 2019.
Adicionalmente, a junio del 2018 existen 3’661.874 afiliados; sin embargo, solamente contribuyen de manera completa al fondo de pensiones 3’083.684.
La diferencia son los miembros del Seguro Campesino y de las amas de casa, que tienen unas tarifas reducidas.
Los datos que constan en un informe último del IESS son una muestra de una “situación compleja” en el sistema de Seguridad Social del Ecuador, pero que se extiende a los de la región en general.
La deficiente cobertura a la población y la sostenibilidad a futuro son los desafíos más difíciles que tiene la seguridad social tanto en América Latina como en el país. Esto, de acuerdo con dos informes emitidos en este año tanto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como por el Centro de Investigación Económica y Empresarial de la Universidad de las Américas (UDLA).
Según la OIT, al menos 145 millones de personas trabajadoras en América Latina y el Caribe no cotizan a la seguridad social.
Aunque la cobertura contributiva a la protección social en materia de pensiones aumentó de 36,6% a 44,6% entre 2005 y 2015, todavía el 55 % de la población ocupada no realiza ninguna cotización; en los países andinos, la cobertura apenas alcanza al 31,4 %.
Uno de los mayores problemas es que el tema de la informalidad cada vez crece más en la región.
La semana pasada, Augusto de la Torre, exfuncionario del Banco Mundial y quien dirige el Centro de Investigaciones de la UDLA, presentó una investigación sobre la situación.
Según el experto, en la región existe una baja cobertura de la seguridad social. Entre tanto, quienes sí la tienen podrían estar recibiendo beneficios, por consideraciones políticas antes que técnicas y que atentan a la sostenibilidad del sistema.
Poniendo como ejemplo a Ecuador, De la Torre comentó que sin el 40% el IESS ya no tendría para pagar las pensiones en pocos años más; y con el 40% tendrá para unos 20 años más. Sin embargo, aseguró que dicho pago se vuelve cada vez más difícil de cumplir por el crecimiento de los afiliados.
Frente a estos problemas, los sistemas de seguridad social están optando por varias vías como son extender la edad de jubilación, aumento de años de contribución para poderse jubilar, reducción de porcentaje de los salarios para determinar la pensión e incluso se ha empezado a poner impuesto a las pensiones.
Para De la Torre, puede haber otras opciones como crear sistemas multipolares, en los cuales haya un componente de reparto con solidaridad, pero también un ahorro individual.
La OIT recomendó no diferir más decisiones cruciales sobre el diseño e invertir en espacios de diálogo para consensuar intergeneracionalmente “promesas” realistas que se realizan.
Al asegurar la sostenibilidad de estos sistemas se garantiza que los principios de la seguridad social sean respetados y la solidaridad intergeneracional continúe siendo la principal fuente de justicia social, dijo el organismo. (El Universo)