El Chelsea, convertido en inesperada alternativa al título, a cuatro puntos del Liverpool con un partido más, extendió su crecimiento exhibiendo poderío para remontar una desventaja de dos tantos, tras sendos resbalones de Cucurella, en casa del irregular Tottenham, que cedió ante el liderazgo de Cole Palmer (2-4).
La obra de Enzo Maresca va tomando forma a base de buenos resultados. Se llevó uno de los derbis londinenses de grandeza sacando a relucir el poderío ofensivo del equipo más goleador de la Premier (35 tantos en 15 jornadas). Extendiendo una racha de cinco triunfos consecutivos, cuatro ligueros, para pasar a ser amenaza directa del Liverpool a cuatro puntos de la cabeza.
Aprovechó el Chelsea el empate cedido por el Arsenal y la irregularidad del City para asentarse en la segunda plaza a su estilo. Con un ritmo frenético de juego, sin pausas, para solventar un inicio de locura repleto de nerviosismo. Entre un pase a la grada de Robert Sánchez, un pelotazo de Caicedo a su compañero Lavia en el saque de una falta y dos resbalones de Cucurella, a los once minutos la fiesta del fútbol la disfrutaba el Tottenham y su afición.
Cucurella, tiembla
Una mala elección de tacos jugó una mala pasada a Cucurella. A los cinco minutos, en fase de salida, se resbaló cuando iba a recibir el pase y vio desde el césped cómo Johnson robó el balón con todo el carril libre y su pase servía a Solanke, ex del Chelsea, para castigar al equipo en el que no pudo triunfar tras un buen movimiento de ‘9’ al primer palo.
La pesadilla de Cucurella no quedaría en esa acción. A los once minutos volvió a resbalarse cuando iba a golpear el esférico, cayó de culo y perdió un balón que acabó en botas de Kulusevski, que hizo magia. Rodeado de rivales, inventó un pase a la red con un zurdazo suave ajustado a un poste. El Tottenham ganaba 2-0 castigando errores. Y tuvo el tercero en pleno desconcierto ‘blue’, pero Udogie, escorado, a dos metros de la línea de gol, cruzó en exceso su disparo.
El momento llamaba a la aparición de un futbolista que tirase de liderazgo para levantar al Chelsea de la lona. Y el primero en dar un paso al frente fue Sancho. Le cambió la cara al partido con un gran gol, recibiendo en la banda izquierda, lanzando su carrera hacia dentro y firmando un derechazo que besó la madera antes que las mallas. El partido era pura Premier. Trepidante, eléctrico, de ataques continuos sin un segundo de pausa para el respiro.
Un nuevo Sancho
En el intercambio de golpes siempre dejó mejores síntomas un Chelsea en el que a Sancho se comenzaban a sumar apariciones de Palmer repletas de criterio. Le faltaba el remate del ‘9’, Jackson, que desperdiciaba las acciones de las que dispuso al contraataque. Porque el Tottenham no retrasó líneas hasta que lo tuvo que hacer por obligación. Condenado por las lesiones de sus centrales titulares que regresaban y una plaga de ausencias que no tiene fin.
En pleno correcalles, Son buscaba la escuadra y emergía la figura del veterano portero del Tottenham, Forster, para sostener lo que pudo a su equipo. Con una doble parada en segundos, con manopla firme al latigazo de Palmer y sacando con un pie el rechace a Neto, evitaba el empate. El partido estaba loco. En la otra área Sarr se estrellaba con el travesaño en un testarazo tras córner y Solanke perdonaba el segundo error grave con los pies de Robert Sánchez.
Se apunta como co-líder de la Premier
Hasta ahí llegó el Tottenham, un equipo capaz de golear al City en el Etihad y caer ante Ipswich o Bournemouth. El Chelsea se adueñó del partido en el segundo acto y fue un rodillo. Liberado Cucurella en ataque, generó peligro asociándose con Sancho en una conexión que frenó Forster con otro paradón con mano firme abajo.
Lo rondó Enzo Fernández con un disparo desde la frontal, también Gusto, hasta que a la hora de partido un clarísimo derribo de Bissouma sobre Caicedo lo aprovechó Palmer para poner la firma al previsible empate.
Apenas le quedó un arranque de orgullo, como no, con Son en una acción de despiste del Chelsea, cuando Neto se quedó parado entendiendo que era fuera de juego en un error de principiante que perdonó el extremo surcoreano; y con una buena falta de Pedro Porro que cabeceó Van de Ven. Palmer decidió que ya había habido suficiente emoción, creó la acción del tercero, marcado por un jugador en racha goleadora, Enzo Fernández, con un disparo potente, y marcó el cuarto a lo Panenka en un absurdo penalti de Sarr sobre el futbolista del partido.
Con todo decidido, el empuje con orgullo del Tottenham le permitió estrechar el marcador en el largo añadido, con Son recogiendo un merecido premio a los 96 minutos en un tanto que no evitó una nueva derrota de un equipo que deambula por mitad de tabla.
- Ficha técnica:
3 – Tottenham: Forster; Pedro Porro, Cristian Romero (Dragusin, m.15), Van de Ven (Gray, m.79), Udogie; Pape Sarr, Bissouma (Bergvall, m.79), Kulusevski (Maddison, m.79); Johnson (Werner, m.53), Son y Solanke.
4 – Chelsea: Robert Sánchez; Caicedo, Badiashile, Colwill, Cucurella (Veiga, m.91); Lavia (Gusto, m.46), Enzo Fernández; Sancho, Palmer (Joao Félix, m.91), Neto (Madueke, m.86); y Jackson (Nkunku, m.76).
Goles: 1-0, m.5: Solanke. 2-0, m.11: Kulusevski. 2-1, m.18: Sancho. 2-2, m.61: Palmer de penalti. 2-3, m.73: Enzo. 2-4, m.84: Palmer de penalti. 3-4, m.96: Son.
Árbitro: Anthony Taylor. Amonestó a Sarr (30) y Bissouma (59) por el Tottenham; y a Lavia (22), Neto (85) y Robert Sánchez (99) por el Chelsea.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimoquinta jornada de la Premier League disputado en el Tottenham Hotspur Stadium ante 61.184 espectadores. EFE