Liga de Portoviejo logró el tan ansiado retorno a la serie B en 2026 y de ahí arranca el sueño de volver al torneo de privilegio. El principal impulsor de este logro fue el técnico paraguayo Raúl Duarte, que logró su sexto ascenso en el fútbol nacional.
El entrenador, de 56 años, en conversación con EL UNIVERSO, habló de las complicaciones que existe en un torneo como el de segunda categoría, además de la frustración que sintió cuando los manabitas se quedaron en las semifinales tras perder en las tandas de penales ante 22 de Julio. Además de su sueño de dirigir un club grande.
¿Qué complicaciones se tuvieron que superar para lograr el ascenso a la serie B?
Fueron demasiadas, como las que tuvieron los otros participantes, al menos los dos equipos que llegaron a la final (ante Cuenca Juniors). Tuvimos que sortear rivales durísimos, escenarios complicados, recorridos larguísimos y un sinnúmero de situaciones que hacen que la segunda categoría de Ecuador sea uno de los torneos más difíciles de Sudamérica.
¿Cuáles fueron sus sentimientos en 2024 cuando por una tanda de penales se quedaron a un paso del ascenso?
Fue algo frustrante y doloroso. Fue el viaje más largo de mi vida en el regreso de Esmeraldas a Portoviejo, pareciera que lo hicimos en un mes, pero ese dolor lo pudimos reciclar hacia el lado positivo. Esa es la realidad.
Ese ambiente de tristeza, en el bus, en el camerino, lo recordamos semana a semana y este año queríamos darle la vuelta y teníamos la fe, porque sucedió por cosas que no entendíamos, por los penales, que es una lotería, porque habíamos hecho un campeonato extraordinario, pero no se pudo. Este año hicimos las cosas para no equivocarnos y conseguir el ansiado ascenso.
De esta temporada, ¿qué es lo que más destaca?
La entrega y el profesionalismo del equipo. Mostramos un juego menos vistoso, pero mostramos mucho amor en cada partido, donde parecía que jugaban más de once futbolistas, no hubo nunca un equipo titular, ni de forma constante se ponía la misma alineación y cada integrante del plantel que era llamado para colaborar con su granito de arena lo hizo de manera brillante.
Esto se debe al sacrificio y al profesionalismo que pusieron, y al final tuvieron su recompensa, porque creo que en el fútbol, como en la vida, hay que hacer méritos para lograr las metas y esto fue bien merecido, porque conozco el sacrificio que hizo el plantel. Y fue un año redondo en el que se logró el ascenso y el título, lo que los tiene contentos (a los hinchas) por acá.
¿Cómo vivió el partido final en Riobamba?
Fue un partido complicado para ambos equipos. Se enfrentó a un gran rival que por algo llegó a la gran final y es un plantel competitivo, que tal vez llegó de mejor manera que nosotros, porque veníamos de quince días sin competencia después de los festejos por el ascenso.
Perdimos jugadores por lesión, expulsión y empezamos por partido con todo cuesta arriba para nosotros, y el rival que está acostumbrado a la altura. Para un equipo de la Costa nunca será fácil esa clase de terreno, pero nos sobrepusimos gracias al corazón, a la entrega total del equipo. Casi no se notó jugar con uno menos y golpeamos cuando lo teníamos que hacer; el gol fue el premio a ese esfuerzo.
¿Qué planes tiene para la serie B?
Ahora estamos un poco más tranquilos, relajados, por haber culminado el campeonato y traer la copa a Portoviejo. Ahora la gente que maneja el club (los dirigentes) debe tomar las decisiones que sean las mejores para la institución.
A partir de ahora hay que empezar a trabajar, planificar para el futuro del club. Nosotros, como profesionales, cumplimos con el contrato al finalizar el torneo, obviamente, agradecido con la institución. Está sobre la mesa la posibilidad de renovar.
Ante su experiencia, tanto en las series A y B y en segunda división, ¿se considera un técnico especialista en ascensos?
No sé si soy un especialista, tengo la bendición de tener seis ascensos. Este es el segundo en esta división para llegar a la serie B. La mayoría de mis ascensos son de serie B a primera división. He tenido la posibilidad de que la mayoría los he ganado.
Llevo dirigiendo casi trece años y he jugado once finales, en algunas he perdido y otras las he ganado. Especialista no sé, no debe existir una varita mágica, creo que esto es por el trabajo, la experiencia, la capacidad. Debe haber algún mérito de mi cuerpo técnico como profesionales. No nos consideramos especialistas, simplemente las cosas se fueron dando y esto es una bendición.
Me gustaría tener también una oportunidad en la máxima categoría para poder mostrar las condiciones que me llevaron a ganar seis ascensos, todo se dará en su momento, porque el fútbol es muy cambiante. Estoy agradecido con Dios y con la Virgen de que siempre tengo un lugar donde trabajar.
De los ascensos que logró, ¿cuál ha sido el que lo ha marcado?
Sin duda, el que acabamos de lograr con Liga de Portoviejo, porque en los demás ascensos no tuvimos ese dolor que pasamos el año anterior. Ese ascenso con Deportivo Quevedo fue sin haber conocido esas clases de derrotas, también las dos veces con Fuerza Amarilla, con Cumbayá, eso lo liquidamos antes que termine el campeonato.
El de ahora sí tiene un valor, porque lo sufrimos antes, porque pensábamos que lo teníamos ganado. Al final de esa tanda de penales nos puso a llorar a todos y eso hace que sea más relevante y lo disfrutamos más.
¿Qué considera que le hace falta para creer que se ha consolidado en su carrera como técnico?
Estoy convencido de que me faltan muchas cosas, debo tener muchos errores, así como virtudes, el tema pasa porque el fútbol en la actualidad es muy cambiante, desde la época como jugador, se maneja de forma diferente.
De haber alguna razón por la que todavía no llego a estar en el lugar donde me gustaría… He dirigido en las tres divisiones, siempre haciendo el mejor trabajo y lo más serio posible. Dios y el tiempo ponen las cosas en su lugar y seguiré trabajando como lo vengo haciendo, pensando que en algún momento tendré la oportunidad de demostrar mis cualidades en la máxima categoría y ahí veremos qué pasa.
¿Cómo se ha sentido en Ecuador?
Cuando vine al Aucas fue un contrato por seis meses y llevo 25 años, con eso digo todo, soy un ecuatoriano más, hecho y derecho. Estoy agradecido con este país donde he combinado mi carrera como jugador y técnico. Reitero, vine por seis meses y tengo 25 años, no queda más que agradecer. Ecuador me ha tratado de maravilla y estoy contento donde estoy.
¿En algún momento ha tenido propuesta de algún club de Guayaquil?
Siempre ha habido posibilidades, cuando un profesional cumple con los objetivos siempre habrá una puerta que se abrirá por un éxito, que es momentáneo, porque hoy se gana y mañana se olvida.
Pero, en el momento en el que se gana, uno llama la atención de algunos. Pechón (Juan Carlos León) ha hecho una gran campaña con Libertad FC y hubo varios clubes que realizaron sondeos, eso es un premio al trabajo que uno hace durante el año.
¿Le gustaría tener una oportunidad en clubes como Barcelona SC o Emelec?
La pregunta sería: ¿quién no se ve como profesional en la banca de Barcelona SC, Emelec, Liga de Quito o en uno de los equipos grandes? Uno, siendo técnico o jugador, sueña con estar en un club grande.
Tuve la oportunidad de ser asistente técnico de Emelec (de Juan Urquiza, en 2008) y sé lo que es estar en un club grande e importante de Guayaquil y me sirvió, porque a partir de mi salida de ahí empecé mi carrera como entrenador gracias a la experiencia, al conocimiento que adquirí ahí. ¿Quién no sueña estar en esos equipos?
Seguiré trabajando para que en cualquier momento Dios me dé la posibilidad.










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