Los principales ministros de Finanzas de los países del G20, reunidos este fin de semana en Japón, coinciden en la urgencia de reformar el impuesto a los gigantes de internet (GAFA), aunque difieren en la forma de hacerlo.
La ambiciosa iniciativa, también conocida como «tasa digital» o «tasa Google» en la Unión Europea, ha tomado fuerza en el grupo de los veinte países más industrializados y los emergentes, que se han marcado el objetivo de definir una reforma fiscal común para 2020.
En un simposio ministerial celebrado en Fukuoka (sudoeste de Japón), los países del G20 dieron luz verde a la hoja de ruta fijada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde se dibuja el futuro marco que incrementará la presión fiscal sobre las multinacionales tecnológicas y de internet.
Tributación en función de donde registran sus beneficios «¡Tenemos que darnos prisa!», advirtió el ministro francés Bruno Le Maire en una conferencia sobre la fiscalidad internacional, antes del inicio oficial del G20 en Fukuoka, en el suroeste de Japón.
«La realidad es que la digitalización de la economía y las grandes empresas digitales ganan considerables beneficios gracias a la valorización de sus datos», aunque pagan sus impuestos en países con tasas más favorables, explicó el ministro. Los ciudadanos perciben el sistema actual «como una gran injusticia», estimó por su parte el ministro británico de Finanzas, Philip Hammond.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, explicó que la medida tendrá dos pilares fundamentales, uno basado en acabar con la tributación en función de dónde tengan presencia física las empresas, y el segundo dirigido a evitar la «competencia fiscal» entre naciones.
El objetivo es abolir el principio aplicado en la mayoría de países desde hace más de un siglo y considerado obsoleto en la era digital, que permite a los gigantes de internet elegir como sede fiscal territorios con baja carga impositiva pese a que éstos supongan una pequeña fracción de sus operaciones.
«Presencia económica significativa»
Así, la presión fiscal del nuevo sistema se decidirá según la «presencia económica significativa» de las empresas en cada país, el volumen de datos y otros activos intangibles digitales manejados o del número de usuarios.
Cada una de estas tres opciones que el G20 tiene sobre la mesa concedería a los países «más derechos fiscales» y por tanto más recaudación para sus arcas públicas, destacó Gurría durante su intervención. (El Telégrafo)