Hallan criadero ilegal de perritos con las cuerdas vocales mutiladas para que no ladren

Dos criaderos ilegales en Meco y Arganda del Rey, Madrid, fueron desmantelados por agentes de la Policía Nacional. Los agentes encontraron a 270 canes de las razas chihuahua y pomerania hacinados y con las cuerdas vocales seccionadas.
Además de la disección de las cuerdas vocales, las hembras destinadas a la cría habían sufrido cesáreas, amputaciones y tenían quistes en los ovarios. En el lugar se encontraron medicamentos y utensilios de uso veterinario, pero no anestesia, a pesar de que es necesaria para determinadas operaciones.

Los animales se encontraban en pésimas condiciones sanitarias. Según Juan José Castro, Inspector Jefe Sección Consumo, Medio Ambiente y Dopaje de la Policía Nacional, los agentes también hallaron dos crías muertas, congeladas y envueltas en papel de periódico.

Cinco personas de nacionalidad española quedaron detenidas: los dos líderes del grupo criminal, dos veterinarios y un experto informático que además se encargaba de las tareas de marketing para la venta de los perros. Los detenidos, presuntamente, conformaban uno de los principales distribuidores de perros a nivel europeo y se enfrentan a los delitos de maltrato animal, pertenencia a una organización criminal y falsificación documental.
Los veterinarios tenían sus clínicas en Leganés y Moratalaz y los otros tres arrestados no tenían otra profesión que este criadero ilegal. Los líderes de la organización eran un matrimonio. Un hombre de 56 años y su esposa de 59. Los perros se entregaban en mano o a través de empresas de paquetería.
Las autoridades estiman que estos sujetos se dedicaban a esta actividad ilegal desde 1990. Desde entonces consta que han vendido al menos 1.400 perros con pedigrí, ya que son los que estaban dados de alta en la Real Sociedad Canina de España. Según los cálculos de la Policía, los beneficios obtenidos superarían los dos millones de euros, sin contar la venta de los canes sin pedigrí.
Los canes estaban repartidos en tres zonas: una de cría, otra en la que se encontraban animales que estaban listos para la venta y otra en la que se encontraban los que estaban listos para criar.
Estos permanecían enjaulados en espacios pequeños y en unas condiciones deplorables. En ocasiones había tres perros por cada jaula y los animales presentaban problemas articulares porque apenas podían moverse.
Ahora, los animales rescatados están bajo la custodia de varias protectoras de animales a la espera de la decisión judicial sobre su destino.

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