Caía la noche y en las calles Sucre y Santiesteban, en pleno centro de Jipijapa, de la provincia de Manabí, Paquita, como cariñosamente conocían a Francisca Díaz Torres, hacía una inspección a las obras que se ejecutan en ese sitio.
En su calidad de ingeniera cumplía con la fiscalización y verificación en el mejoramiento vial del casco comercial del cantón manabita.
De pronto todo se transformó en un caos, pero no por los trabajos, sino por la repentina muerte de Díaz. En cuestión de segundos, el cuerpo de la mujer quedó tirado en el suelo, boca abajo y bañada en sangre. A pocos metros de ella yacía una máquina tipo rodillo o conocido también como aplanadora.
Según testimonios de las personas, la fiscalizadora, de 45 años, fue vista la tarde del martes 6 de abril mientras daba directrices en los trabajos de mejoramiento. “La vi junto a otros ingenieros, estaban allí observando y verificando los avances de la obra. Todo parecía normal, después de pocos minutos me entero que ella había muerto, era algo de no creer, la había visto poco antes cumpliendo su trabajo”, lamentó entristecido un ciudadano.
Curiosos y transeúntes alertaron a los organismos de socorro sobre la impactante escena. Al lugar llegaron paramédicos, quienes solo confirmaron el deceso de la ingeniera, pues presentaba lesiones graves en su cabeza y en una de sus piernas.
Agentes de la Policía llegaron también al sitio para verificar lo ocurrido. El mayor Santiago Viteri, jefe de Operaciones de Jipijapa, informó que se trató de un accidente de tránsito tipo arrollamiento con una víctima mortal.
Tras el hecho, el Municipio de Jipijapa emitió un comunicado oficial. En el escrito se lamentó lo ocurrido con una trabajadora de la empresa encargada de ejecutar una obra municipal. “Esperamos que las autoridades lleven a cabo las acciones legales pertinentes que permitan esclarecer este lamentable suceso”, expresa el documento. (Extra)