La Iglesia Católica de Ecuador se comprometió este jueves a luchar contra los abusos sexuales a menores, tras las recientes denuncias que se han presentado contra sacerdotes en las ciudades de Cuenca y Guayaquil.
«Asumimos la búsqueda permanente y sincera de la verdad y la justicia, a través de las denuncias de los abusos sexuales y de otra índole que se cometan al interior del seno familiar o de las organizaciones religiosas y de otra índole», dice un comunicado publicado este jueves por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
COMUNICADO DE PRENSA – Expresamos nuestro rechazo a toda forma de #abusofísico, #psicológico y #sexualcontramenores; Nos comprometemos a tomar medidas preventivas contra este flagelo que afecta a nuestras familias, la Iglesia y la sociedad en general https://t.co/0SrZVW5Gq9
— Conferencia Episcopal Ecuatoriana (@Confepec) May 31, 2018
La iglesia dice que se solidariza «con cada una de las víctimas de los abusos» cometidos por sus miembros y la sociedad en general; y ofrece «asesoría legal y acompañamiento psicológico y espiritual».
Además, se compromete «a tomar medidas preventivas contra este flagelo que afecta a nuestras familias».
Delitos de hace más de 50 años
El pronunciamiento de la iglesia se produce dos días después que se realizara una masiva marcha en Cuenca, capital de la provincia de Azuay, al sur de Ecuador, en solidaridad con las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos y para exigir que se haga justicia.
En abril pasado, Jorge Palacios, actualmente de 63 años, denunció al cura Cécar Cordero Moscoso de haber abusado de él hace más de 50 años, durante toda su primaria y parte de la secundaria, en uno de los planteles que administraba el religioso en esa ciudad.
La denuncia de Palacios fue la primera de otras cuatro en contra de Cordero, por delitos también perpetrados hace más de medio siglo.
En Guayaquil, por su parte, el sacerdote Luis Fernando Intriago fue denunciado por 10 personas, hoy de más de 20 años, que afirman haber sido abusados por el reverendo cuando tenían entre 14 y 17 años, de acuerdo a testimonios publicados por el portal GK.