Iniciativa familiar impulsa el turismo en el cerro de Dominguillo, a 678 metros de altura

El Punto, en el cerro de Dominguillo, es un sitio a 678 metros sobre el nivel del mar que ofrece un paisaje natural que deleita a propios y extraños. Allí, sus habitantes han visto la oportunidad de emprender turísticamente, en el marco de la pandemia del COVID-19, con el propósito de generar recursos en una economía golpeada por la crisis sanitaria que de a poco se va superando.

Está ubicado en el límite de cuatro comunidades pertenecientes a los cantones Sucre y Chone. En 1954 una misión geofísica determinó que este lugar era el más alto del cantón Sucre. Es uno de los destinos turísticos manabitas para este feriado de Semana Santa.

Abigail Marquinez, agricultor-ganadero, junto con su esposa, Nieve Moncayo, contaron que como consecuencia del confinamiento que hubo durante los momentos más críticos de la pandemia, con sus hijos y nietos caminaban todas las tardes hacia la punta del cerro que está a 200 metros de su vivienda.

En una de esas ocasiones, relató, una de sus nietas le dijo a su esposo: “Papito, por qué no haces un columpio mientras ustedes caminan”. Marquinez complació a la niña e implementó el columpio. Se tomaron fotos que subieron a las redes sociales.

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Los visitantes se toman fotos, captan videos y disfrutan de los atractivos del lugar manabita. Foto: El Universo

No pasaron muchos días y la gente comenzó a preguntarles dónde quedaba ese lugar. “Nos manifestaban que si podían venir y les manifestamos que estábamos en pandemia. A principio del año 2021, familiares y amigos de San Isidro llegaron a conocer el columpio y las visitas que llegaban nos manifestaban que abriéramos al público esta naturaleza que se observa”, recordó Moncayo.

Su esposo comentó que como en su hacienda tiene madera hizo algunas cosas, como una silla y un balcón mirador, también con cañas, un corazón y otros objetos. Esto se hizo para que familiares y amigos pasen un rato ameno allí, dijo.

Desde El Punto en un día despejado se divisan en el horizonte los humedales La Segua, en Chone; sin embargo, y pese a una placa conmemorativa ubicada en el sitio, el lugar no fue más que un pajonal o potrero hasta la reciente pandemia, tiempo en el cual los Marquinez Moncayo adoptaron el hábito de hacer caminatas hasta lo más alto de su hacienda Bella Aurora.

De ahí en adelante, narraron los esposos, mucha gente quería visitar el lugar, pero por los riesgos de la pandemia no lo permitieron hasta casi finales del 2021.

A partir de esta iniciativa familiar, El Punto se ha convertido en el sitio turístico top de Manabí, pues de todos lados y a diario llegan personas a disfrutar de las maravillas del lugar.

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El mirador que construyó la familia Marquinez Moncayo sirve para apreciar el paisaje natural en El Punto. Foto: El Universo

La vista privilegiada, los atractivos elementos para el registro fotográfico y la oferta gastronómica de los Marquinez Moncayo son el imán para los visitantes.

Doña Nieve, como la conocen, contó que a mediados del año anterior el prefecto de Manabí visitó la zona y llegó hasta la cúspide del cerro, donde hay una placa con la leyenda que data desde 1954. Él le manifestó que estaba en un lugar muy paradisiaco y que les iba a construir la vía con material pétreo.

Esta se hizo, son ocho kilómetros desde la cabecera parroquial de San Isidro.

“Desde hace aproximadamente tres o cuatro meses ya lo hemos abierto al público, donde se estableció otro mirador, hamacas para descansar, el futbolín humano. Además, con platos típicos (caldo y seco de gallina criolla, suero blanco, fritada, parrillada, caminatas, paseos a caballos, también tenemos un sendero para motocrós. No pensábamos que esto iba a tener gran acogida”, contó ella.

Al sitio llegan visitantes de varias partes del Ecuador y de otros países. Armando Triviño, de 72 años, es un militar retirado de los Estados Unidos que acudió con su esposa, Laura, de 67. Llegaron desde Florida central y dijeron sentirse maravillados con el panorama.

Moncayo agregó que con el pasar de los días pretenden copiar lo que se hace en Colombia, donde los turistas llegan a ver cómo se ordeña al ganado, cómo se siembra una planta, y demás prácticas campestres tradicionales.

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Un corazón hecho con madera y decorado con flores es uno de los atractivos para fotografiarse. Foto: El Universo

Boris Zambrano Cabrera, experto en ecología y turismo rural, explicó que la comunidad se ha dedicado por años a la agricultura y ganadería, nunca, dijo, a emprendimientos, y con la pandemia del COVID-19 nació la idea de hacer algo turístico.

El potencial turístico de Manabí es variado, pero poco aprovechado, sostuvo. Chone y Sucre tienen haciendas históricas donde puede apreciarse la cultura montubia auténtica, así como el admirable trabajo de cultivar la tierra y criar animales de corral.

Las fincas dedicadas a “cosechar” turismo ganan espacio, pero sus dueños sienten que falta abonar más.

En Manabí no hay un registro de fincas turísticas. Hay algunos proyectos en Flavio Alfaro, Chone, Pedernales, Santa Ana y San Vicente. En Convento de Chone, en cambio, cerraron una por falta de apoyo, indicó Zambrano. (I)

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