Inundaciones también afectan a trabajadoras sexuales

No pudieron salvar ni sus sexys tajes ni los hilos dentales ni los condones. Las ‘cariñosas’ del chongo El Encanto y Galán, ubicado en el sur de Esmeraldas, en la vía a Atacames, también resultaron damnificadas por las inundaciones del fin de semana.

En este sitio para caballeros el agua del río Teaone subió hasta 3 metros e ingresó a los cuartos donde las chicas se ganan la vida a punta de ‘deliciosos’. La fuerte corriente arrastró todo: las tangas, hilos dentales, trajes eróticos, preservativos, lubricantes y demás materiales de trabajo de las mujeres que laboran en este burdel.

Hasta las fotografías eróticas que adornan el sitio quedaron embarradas de lodo e incluso el escenario donde las chicas realizan sus bailes eróticos y se ‘pelan’ quedó destruido. Las paredes del cerramiento del local también fueron derribadas por la fuerza del agua.

‘Jennifer’, quien había llegado a Esmeraldas desde Manabí para trabajar 15 días en este chongo, perdió toda su ropa, “hasta la tentadora roja transparente con la que seducía a los calientes clientes que a diario visitan el lugar”, dijo.

“Me contrataron para una amanecida y cuando regresé el agua había cubierto todo el local, me quedé solo con lo que llevaba puesto”, relató esta trabajadora sexual que, a son de broma, dice que “ahora busco alguien que me albergue en su casa”.

Sacar todo el lodo, limpiar y poner nuevamente operativo el sitio les tomaría un mes y una inversión superior a los $15.000, dijeron los administradores del night club.

Por suerte no se quedaron

La administradora del local, quien no quiso identificarse, contó que al momento de la inundación ninguna de las chicas estaba en el local, puesto que el domingo es su día de descanso. Pero tres de las siete mujeres que estaban atendiendo el día sábado habían dejado sus pertenencias e implementos de trabajo en sus habitaciones.

“No sé qué les dio a toditas que ‘volaron’ el sábado cuando cerramos el local como a la una de la mañana. Milagro que no se quedaron a dormir esa noche, porque las hubiera sorprendido el agua”, aseguró la administradora, quien calcula que las pérdidas materiales ascienden a los  20.000 dólares.

‘Katherine’, una trabajadora sexual oriunda de Santo Domingo, llegó la mañana de ayer al chongo y se dirigió al cuarto 5, donde trabajaba. “Me fui el sábado en la madrugada a visitar a mi familia y estando allá me enteré por las redes sociales lo que había pasado. Vengo a ver qué puedo recuperar porque tenía todos mis trajes en el cuarto”, relató la mujer de 26 años.

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