Uno de los principales retos de Gobierno de Guillermo Lasso ha sido enfrentar la inseguridad, la delincuencia y la crisis penitenciaria en el Ecuador.
Durante su primer año de gestión, que cumple este martes 24 de mayo de 2022, el Primer Mandatario ha enfrentado cinco masacres carcelarias, con más de 270 presos asesinados.
De hecho, el 28 de septiembre del 2021, en la Penitenciaría del Litoral de Guayaquil se registró la peor matanza de la historia del país. 118 internos murieron, mientras que 79 resultaron heridos.
Según las autoridades, estos hechos de violencia obedecen a una pugna entre bandas delictivas, que operan dentro de los centros carcelarios. Pero, esa disputa entre organizaciones criminales también se evidencia en las calles. Uno de los objetivos es acaparar las rutas del tráfico de droga y la venta de narcóticos. Por eso, los sicariatos y muertes violentas en las calles también se incrementaron.
La Policía señaló que, en el 2016, la tasa de homicidios en Ecuador era de 5,81 por cada 100 000 habitantes y hasta el 17 de octubre del 2021 subió a 10,62. Es decir que, el principal indicador de la violencia en el país, se duplicó.
El año pasado se registraron 1 372 muertes violentas, en el 2021 se contabilizaron 2 026 casos. Mientras que de enero a marzo de este año ya han ocurrido 959 asesinatos a escala nacional. Según las investigaciones, el 81% de esas muertes fueron catalogadas como violencia criminal.
En su intento por frenar la delincuencia, el presidente Lasso decretó el estado de excepción el pasado 18 de octubre y dispuso la movilización de las Fuerzas Armadas en Guayas, Pichincha, El Oro, Santa Elena, Manabí, Los Ríos, Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Sucumbíos.
Una decisión similar la volvió a tomar el 29 de abril del 2022. En esa ocasión, Lasso decretó estado de excepción en Guayas, Manabí y Esmeraldas para frenar la ola de inseguridad en esas provincias. Se dispuso el despliegue de 9 000 uniformados de la Policía y Fuerzas Armadas.
Pese a esa medida, el pasado 19 de mayo, dos carros bomba explotaron de forma simultánea, en dos vías públicas de Esmeraldas.
Un día después de ese hecho, el Ministerio del Interior indicó que el Jefe de Estado aprobó estrategias de investigación, inteligencia y prevención con la finalidad de detener la escalada de violencia en el país.
Otra de las medidas adoptadas por el actual Gobierno ha sido el traslado de agentes policiales a las zonas más conflictivas. Por ejemplo, el 30 de abril del 2022, 200 uniformados viajaron a Guayaquil para reforzar los operativos de seguridad. Además, según el Ministerio del Interior, la próxima semana “se graduarán 750 policías que serán distribuidos a lugares priorizados”.
El análisis
Expertos en seguridad, consultados por este Diario, coinciden que las medidas adoptadas por el Gobierno para afrontar la delincuencia sirven para solucionar problemas específicos y son estrategias a corto plazo, pero no se ha establecido soluciones a largo plazo.
Diego Pérez, experto en seguridad, señala que aún no se han solucionado los problemas estructurales de seguridad del país. “Las medidas adoptadas sirven para solucionar un problema específico, pero hay cuestiones estructurales o de fondo que requieren otras medidas”, señaló.
El analista político, Daniel Crespo, también coincide con ese criterio. Él considera que no se evidencian políticas públicas, impulsadas por el Gobierno, “para atacar los problemas estructurales de seguridad”. El experto añadió que “no hay una respuesta contundente en ese tema y que la percepción ciudadana de inseguridad cada vez es mayor”.
Sin embargo, Crespo destaca que uno de los aciertos ha sido la lucha contra el narcotráfico y los récords en decomisos de drogas. Las incautaciones de sustancias ilícitas se duplicaron en Ecuador. Según la Policía Antidrogas, de enero al 26 de abril del 2021 se incautaron 46,1 toneladas de narcóticos, mientras que en el mismo periodo de este 2022 se han decomisado 81,7 toneladas.
¿Qué se debe mejorar en los próximos años?
Según los analistas, primero se debe fortalecer la cooperación internacional en materia de seguridad. También mejorar las capacidades de Inteligencia policial y militar.
Otro mecanismo sería, además de aumentar el número de policías, dotar a los uniformados de tecnología y equipamiento para enfrentar la delincuencia. (El Comercio)