Los sujetos que acabaron con la vida de un padre y su hijo en una vivienda de la cooperativa Nueva Esperanza, situada en el kilómetro 20 de la vía a la Costa, en Guayaquil, llegaron disfrazados de policías. Al aproximarse a la casa, gritaron: “¡Alto, policía!”, en un intento de generar confusión y facilitar su ingreso al inmueble.
¿Quiénes eran las víctimas?
Tras forzar la puerta de la planta baja, los atacantes ingresaron violentamente y sometieron al padre de quien al parecer era su objetivo. La víctima, identificada como José García, de 73 años, fue acribillada en la sala de su vivienda sin posibilidad de defenderse.
Su hijo, Joselo García, al percatarse del ataque, logró escapar por una ventana e intentó huir desesperadamente de los sicarios. Sin embargo, fue alcanzado a pocos metros, en la vereda de una vivienda vecina, donde fue ejecutado con múltiples disparos. Su cuerpo quedó tendido boca abajo sobre el suelo de tierra.
No conformes con asesinar brutalmente a ambas víctimas, los delincuentes también registraron la casa y se llevaron varios objetos de valor, lo que hace presumir que el ataque no solo tuvo motivaciones personales, sino también delictivas.
De acuerdo con información preliminar, Joselo García tenía antecedentes penales y había salido hace pocos meses de prisión, donde cumplió una condena por el delito de tráfico de drogas.
Este hecho violento generó pánico entre los habitantes del sector, quienes vivieron momentos de terror y temor ante la posibilidad de nuevos ataques. Muchos de ellos aseguraron no haber podido conciliar el sueño tras el crimen. Además, como medida preventiva, las clases fueron suspendidas en un plantel educativo ubicado justo frente a la vivienda donde ocurrió el ataque.