Multivitaminas, hierro, ácido fólico y otros compuestos se caducaron almacenados en la bodega del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), de Quito, entre 2012 y abril de 2018.
La pérdida por esos medicamentos, que se habrían comprado hasta para siete años, asciende a más de 7’000.000 de dólares. La información la dio a conocer ayer en una rueda de prensa el gerente general de esa casa de salud del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Juan Páez Moreno.
La autoridad explicó que la situación se desencadenó debido a la corrupción con la que se manejaron los contratos con los proveedores en administraciones anteriores. Señaló que, en muchos casos, los acuerdos no permitían cambios ni devoluciones y que las compras excesivas y sin criterio causaron pérdidas.
Páez aseguró que en su administración ha entregado a la Contraloría General del Estado 17 procesos relacionados para que se investigue y se determine a los responsables. Estas denuncias aún no han tenido resultado, por lo que no pueden pasar a la Fiscalía.
El gerente dijo, además, que la corrupción estuvo en todas las áreas del hospital desde los gerentes hasta los administrativos y varios médicos. También están identificados cinco casos en los que los responsables de administrar los marcapasos los desviaban y hacían que se generara un doble gasto porque las clínicas colocaban otros aparatos.
Desabastecimiento
Páez confirmó que sí existe un desabastecimiento de medicinas en el hospital. Sin embargo, aclaró que hay múltiples factores que lo causan, entre ellos, la falta de ‘stock’ y el alza de precios de las farmacéuticas, los trámites burocráticos que exige el Servicio de Contratación Pública (Sercop) y el aumento de pacientes que se registra este año.
Según sus datos, los usuarios que necesitan medicinas para controlar el VIH Sida incrementaron en 30%. En un porcentaje igual aumentaron quienes padecen los diferentes tipos de cáncer, y en 20% los afectados por enfermedades catastróficas.
El director médico del hospital, Miguel Moreira, explicó que se ha recurrido a todos los mecanismos posibles para que los pacientes no se queden sin tratamiento. Puso como ejemplo el caso de los antirretrovirales que necesitan los portadores de Sida. Dijo que el 63% de ellos recibe un solo compuesto y que en enero la farmacéutica no lo entregó por lo cual tuvieron problemas y, al analizar el contrato, notaron que la provisión a todo el sistema público estaba atada y necesitaba reformarse. (PCV)
Ataluren para Ariel
° Uno de los pacientes del Hospital Carlos Andrade Marín que ha obtenido un fallo judicial favorable para recibir medicamentos es Ariel Gavilánez, un niño de 8 años que padece distrofia muscular de Duchenne. Su padre ganó una acción de protección el 14 de marzo de este año y sobre su caso, el director médico de la casa de salud, Miguel Moreira, explicó que aparte de él hay cuatro pacientes más que requieren el compuesto Ataluren y que ya hay un contrato firmado para la importación. Aseguró que, a pesar de que la notificación judicial llegó después de que ya se había firmado el contrato para los otros usiarios, el pequeño recibirá el medicamento apenas llegue. Sobre otras medicinas judicializadas, las autoridades mencionaron que son siete medicamentos que se han pedido por esta vía y que su adquisición representa cerca de 2 millones de dólares. (La Hora)