Por mar y tierra se celebran las festividades de los santos Pedro y Pablo en Manabí, con menor presencia de personas que en años anteriores, debido a la pandemia de COVID-19.
Según el historiador manabita Alfonso Suárez, fue en Montecristi donde se inició la realización de esta fiesta hace unos 180 años atrás.
Este 2021 se retomó este festejo con la celebración de misas. Asimismo, por parte de los integrantes de los nueve palacios, solo se permitió el baile de los presidentes en la parte baja de la Basílica de Montecristi, acto que fue presenciado por decenas de personas que, en algunos casos, irrespetaban el distanciamiento físico.
Este miércoles 30 de junio, en esa ciudad habrá una procesión motorizada en la que se movilizarán las imágenes de los dos santos. según indicó Marcelo García, párroco de este cantón.
“Son dos años (por restricciones ante la pandemia), que aparte de la afectación en el sentido espiritual, también todo lo que implicaba, lo que movía en recursos y obviamente al no poder realizarse, eso también ha generado un perjuicio a mucha gente que vivía de eso”, señaló Marcelo García, párroco de este cantón manabita.
Aunque no existe un informe oficial, se estima que antes de la pandemia, en cada uno de los nueve gabinetes de san Pedro y san Pablo en Montecristi se invertían unos 25.000 dólares en atuendos, arreglos de los palacios presidenciales, alimentos, orquestas y otros gastos.
Las pérdidas en inversiones van entre compra de telas, diseños de trajes y atenciones en peluquerías, en el caso de las damas.
Lucía Rodríguez tiene un salón de belleza en Montecristi. Indicó que en los diez días de fiestas antes de la pandemia, ella realizaba un promedio diario de diez cortes de cabello, diez peinados y diez maquillajes, algo que se ha reducido a cero en estos dos últimos años.
La segunda fiesta con mayor tradición de estos apóstoles se realiza en Picoazá (Portoviejo). Este miércoles 30 de junio desde las 11:00 se realizará una procesión motorizada con las imágenes de los santos.
El historiador Suárez explicó que esta fiesta llegó a Portoviejo desde Montecristi hace más de 100 años. Ahora por las restricciones ante la pandemia, solo se efectúa la misa. También se acoge en los palacios a unas 20 personas, para darles alimentos como roscas, bollos, quesos y café.
Antes de la pandemia, los participantes de esta celebración se servían grandes banquetes, dijo Suárez.
“En otros años cada presidente mata una res, se compran 60 gallinas, matan dos chanchos y se le da de comer mínimo diariamente a 400 personas, eso es lo tradicional, más las orquestas que llegan y que son muy conocidas en el país”, señaló Suárez. Esta fiesta duraba cinco días.
En Machalilla, este lunes 28 se realizó la procesión náutica con el acompañamiento de seis barcos y veinte lanchas. Antes de la pandemia, este desfile acuático se desarrollaba con 20 barcos y 40 fibras, según Willington Urrunaga, coordinador de estas festividades, las únicas en el Ecuador que han sido designadas como Patrimonio Inmaterial.
Unos 250.000 dólares se invertían en estas fiestas, antes del COVID-19. Actualmente solo se han efectuado las misas y posterior rezo en cada uno de los cuatro gabinetes. También se permitió el paseo náutico.
“Ahora todo los hacemos con medidas de bioseguridad, esperemos que esto cambie en los próximos años”, declaró Urrunaga.
Agregó que en este año se invirtieron unos 10.000 dólares para esta serie de eventos.
Las fiestas de san Pedro y san Pablo se efectúan entre junio y octubre de cada año en más de cien localidades de 21 cantones manabitas (Paján es el único que no la realiza).
Holger García, coordinador zonal 4 del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), indicó que se continúan realizando investigaciones sobre esta festividad centenaria en Manabí y que se busca que la declaratoria de Patrimonio Inmaterial se la otorgue a los demás lugares donde se la festeja. (El Universo)