La obligatoriedad de presentar el carnet de vacunación en las instituciones públicas, motivó a la población a acudir en mayor número a los centros de vacunación.
En Guayaquil, por ejemplo, la población se vio sorprendida por desconocimiento. Muchas personas debieron salir de las dependencias sin realizar sus trámites por no contar con el carnet.
Pero esta medida también se extendería a las instituciones privadas, si estas acogen el pedido del Gobierno de aplicar la misma medida, con el propósito justamente de obligar a la población a inmunizarse.
La propagación de la variante Ómicron en el mundo genera temores en los países, por su rápida transmisión. Por ello, el Gobierno pretende que la mayoría de los ecuatorianos estén inmunizados para evitar muertes y nuevas restricciones. (El Telégrafo)