El rol de las mujeres en Ecuador para contener la pandemia del Covid-19 ha sido primordial. Representan la mayoría dentro de los servicios básicos para salvaguardar la vida (salud, educación, cuidados directos, enfermería).
Un estudio realizado por ONU Mujeres y Telefónica señala que en el país, las mujeres representan el 60% de los trabajadores de la salud, el 81% del personal que ejerce la enfermería, el 85% de cuidados directos (infantil, adultos mayores, personas con discapacidad) y el 70% del personal educativo en los niveles primarios y básicos. Pero, en los roles de toma de decisiones la representación no llega ni al 10%.
Bibiana Aído Almagro, representante de ONU Mujeres en Ecuador, señala que el sector femenino también ocupa espacios en los que dedican más tiempo que los hombres, como el trabajo no remunerado en el hogar, en el que -en situaciones normales- dedican tres veces más su tiempo que los hombres; en el caso de las indígenas y afrodescendientes, se incrementa hasta cuatro veces.
Esto, según la encuesta de uso del tiempo realizada por el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), hace que las mujeres sean 70% más pobres en uso de tiempo. Lo que ha hecho que el 50% quede fuera del mercado laboral.
“Hay varios elementos que inciden en que haya una desproporcionada carga de trabajo no remunerado, como el cierre de las escuelas, las tareas de atender a familiares enfermos o niños”, menciona Aído. Además, la presencia de la pareja en el hogar, aumenta la carga de trabajo para las mujeres en un 20%
Con el confinamiento, las labores para ellas, a nivel nacional, aumentaron en un 76%. “Estamos viendo que este porcentaje está más centrado en los cuidados del hogar”. Estos casos tienen un impacto mayor en Manabí, donde el 91% pasa por esta situación.
Alison Vásconez, docente e investigadora en Economía Femenina, Género y Desarrollo, hace hincapié en que el aumento de trabajo en cuidados del hogar no tiene una distinción de estrato social.
Asumen solas la teleeducación
El 56% dice que se dedica sola a las tareas de teleducación con los niños, pese a que la encuesta (con margen de error del 3%) estuvo dirigida a mujeres que viven en pareja.
20% aumenta la carga de trabajo para las mujeres con a presencia de la pareja en el hogar.En esta actividad sí hay distinción de estrato social, pues son las mujeres de menos recursos económicos las que tienen más carga, ya que la falta de acceso a Internet provoca más complicaciones que deben solventar.
Primeras en ser desvinculada
La pandemia ha incrementado las desigualdades preexistentes, indica el estudio. Por ejemplo, en la economía las mujeres han sido las primeras en ser desvinculadas de sus labores.
La encuesta realizada a 1.044 mujeres de Pichincha, Guayas y Manabí, determinó que el 45% (48 de cada 100) ha perdido el empleo o ha sido suspendida sin aviso de retorno durante la crisis sanitaria.
56% de las encuestadas dice que se dedica sola a las tareas de teleducación con los niños.Vásconez, también vocera de ONU Mujeres, explica que “la mayoría de estos empleos se concentra en los sectores del comercio y la venta directa”. La cifra es más alta (69%) entre las de 17 y 25 años. Mientras que el porcentaje de despidos, de mayores de 46 años, llega al 50%.
Trabajo estatal
La investigación concluye que es evidente que hay un impacto importante en las mujeres cuando hay una crisis, “porque vienen de una situación de vulnerabilidad previa”.
También, se verifica que la sostenibilidad de la vida cotidiana está a cargo de las mujeres y se profundiza cuando los servicios estatales se reducen. Es el caso del cierre de centros de cuidado infantil, como los Guagua Centros de Quito, que atendían a 9.000 niños y que están suspendidos.
10% de las mujeres estaban en el desempleo antes de la crisis, ahora, el 45%.Las madres han declarado que deben elegir entre trabajar o cuidar a sus hijos. Lo que amplía la brecha de acceso laboral entre hombres y mujeres.
“Es absolutamente clave que todo tipo de respuesta o medida en política pública incluya estas consideraciones, y se hagan diferenciaciones de necesidades y líneas prioritarias hacia las mujeres”, añade Vásconez. (La Hora)